Kenia y el miedo al terrorismo
PESAR. Mary Italo llora mientras familiares la acompañan en su dolor, tras recibir la noticia de que su hijo y sostén económico, Thomas Abayo Italo, perdió la vida en el ataque al interior del centro comercial de Westgate, en Nairobi. (Foto: BEN CURTIS AP )
ADIS ABEBA.— Una pregunta temerosa está hoy en la cabeza de casi todos los keniatas: el brutal ataque al centro comercial Westgate en Nairobi ¿sólo es el inicio de una larga cadena de atentados terroristas? ¿Van a tener que aprender a vivir con el miedo al terrorismo cada vez que van a hacer compras, viajar en autobús o comer en un restaurante?
Y es que la milicia Al-Shabaab ha dejado en claro de manera inequívoca que para este país del este de África no habrá paz mientras haya tropas keniatas destacadas en la vecina Somalia. ¿Acaso Westgate es el espantoso inicio de una larga pesadilla?
“Pueblo keniata: si quieres tener paz en tu país, dile a tu gobierno que tiene que retirar sus fuerzas armadas de nuestro país. De lo contrario, ustedes van a vivir más baños de sangre en su patria”, dijo el portavoz de Al-Shabaab, jeque Ali Mahamud Rage, en la noche del domingo a la emisora de radio somalí Andulus. El portavoz anunció que habrá una nueva oleada de atentados en Nairobi en los que los combatientes muyahidines aplicarán también “tácticas nuevas”.
La preocupación es grande asimismo en la vecina Uganda, ya que este país también tiene desplegados miles de soldados en Somalia. El gobierno de Kampala ya ha reforzado la seguridad en las fronteras. Al-Shabaab ya había perpetrado un sangriento atentado en Uganda en 2010, que causó más de 70 muertos.
Lo que hace que los extremistas —todos los extremistas— sean tan peligrosos es el hecho de que están dispuestos a sacrificar su vida por sus convicciones. Según informaciones periodísticas, del centro comercial Westgate logró escapar uno de los terroristas, junto con las personas que huyeron del edificio. Ese hombre se manchó con sangre de las víctimas y dijo que había sido herido. Una vez trasladado al hospital, sacó una pistola y mató a tres pacientes y luego apuntó el arma a su propia cabeza.
En un video de Al-Shabaab difundido en Youtube, los combatientes que participaron en el atentado dijeron estar alegres porque después de su muerte Alá les recompensará por lo que habían hecho.
Aun así, se trata de un tipo de terrorismo diferente al del atentado contra el World Trade Center en Nueva York o las masacres que la secta Boko Harem lleva a cabo una y otra vez en Nigeria, por ejemplo. Los atentados de este grupo terrorista se dirigen sobre todo contra locales donde se sirven bebidas alcohólicas o contra iglesias cristianas. Ya el nombre de la secta lo dice todo: significa algo así como “la educación occidental es un pecado”.
En cambio, Al-Shabaab ya dejó en claro a raíz del ataque al Westgate que tiene una exigencia muy concreta: la retirada de las tropas keniatas de Somalia. Es decir, que no se trata, o al menos no solamente, de atacar a cristianos o un estilo de vida de tipo occidental. Sin embargo, la milicia sí lleva años atacando a esa comunidad religiosa en Somalia, donde Al-Shabaab pretende imponer una interpretación extremadamente rigurosa de la sharia (ley islámica).
Sin embargo, el presidente de Kenia, Uhuru Kenyatta, ya ha manifestado claramente su intención de no dejarse chantajear y de actuar con mano dura contra cualquier tipo de terrorismo: “Nosotros hemos luchado por la libertad, para vivir tal como creemos que es correcto”, dijo en un discurso dirigido a su pueblo.
“El terrorismo es la filosofía de los cobardes”, afirmó, para luego agregar: “Vamos a aprehender a los responsables y vamos a castigarlos por este crimen repugnante”. Pero por ahora, el miedo no va a desaparecer.