WASHINGTON (Agencias).— El noreste de Estados Unidos registró ayer el azote de una fuerte tormenta invernal que combinó nieve, lluvia congelada y agua hielo, que logró desquiciar el tráfico vehicular, los sistemas escolares y los vuelos de todo el país.

El Servicio Meteorológico Nacional amplió su alerta de tormenta invernal a la mayoría de los condados del estado de Maryland, así como en la capital del país, con vigencia hasta antes del mediodía de hoy.

“Se esperan riesgosas condiciones de viaje debido a las condiciones resbaladizas de las carreteras, especialmente a lo largo de la autopista interestatal 81. Igualmente, es probable que la caída de árboles o ramas provoque problemas en el suministro eléctrico”, advirtió el servicio.

Más de dos mil 100 vuelos comerciales fueron cancelados en todo el país ayer, de acuerdo con el sitio especializado Flightware.com.

El pronóstico actualizado estima una continua acumulación de nieve y agua hielo, seguida de una precipitación de lluvia congelada.

Las regiones más elevadas de la costa atlántica podrían recibir más de 15 centímetros de nieve, además de un centímetro de hielo, una acumulación suficiente para convertir las vías vehiculares en peligrosas pistas de patinaje.

Las duras condiciones climáticas son producto de la fusión de la tormenta que se mueve desde la gran Cuenca hacia el este, con un frente frío procedente del sudeste que empezó a moverse en dirección norte sobre la zona central y oriental de la costa del golfo.

Algunas regiones de los Grandes Lagos experimentaron en los últimos días temperaturas hasta de menos 42 grados centígrados. Imágenes de la televisión mostraron carreteras desoladas con cientos de vehículos, en particular camiones varados en las autopistas interestatales, por la peligrosidad de las vías de circulación.

Más de un cuarto de millón de hogares tuvieron problemas del suministro eléctrico, especialmente en la zona de Dallas, aunque la situación ha mejorado paulatinamente en los últimos días.

Por otro lado, en Brasil al menos ocho personas murieron y diez estaban desaparecidas a raíz de una tormenta que azotó la ciudad brasileña de Lajedinho.