WASHINGTON.— El fiscal general de Estados Unidos, Eric Holder, propuso ayer una serie de reformas en las sentencias a presos por delitos menores que tienen que ver con drogas, y que en buena medida fueron resultado de la fallida guerra contra los narcóticos que arrancó hace ya más de 40 años y sólo han servido para congestionar al sistema penitenciario.

“Mientras la llamada guerra contra las drogas entra en su quinta década, tenemos que preguntarnos si los enfoques que la integran han sido realmente eficaces y dar paso a un nuevo enfoque. Con una población carcelaria descomunal, innecesariamente grande, tenemos que asegurarnos de que el encarcelamiento se utiliza para castigar, disuadir y rehabilitar. No sólo para almacenar y olvidar”, dijo Holder.

Los cambios sugeridos por Holder beneficiarían a los condenados por delitos menores de drogas, no violentos, ni vinculados con organizaciones delictivas en gran escala, pandillas o cárteles, y que estén acusados por delitos que implican sentencias mínimas obligatorias.

Además, quienes aspiren a beneficiarse no deberán haber estado involucrados en el tráfico de drogas a menores de edad, ni tener un récord criminal significativo, ni estar relacionados con incidentes de armas de fuego.

Actualmente, las leyes imponen penas de cárcel de cinco años para quienes son capturados por primera vez con ciertas cantidades de droga como 100 gramos de heroína, 500 gramos de cocaína o 100 kilogramos de mariguana. Cantidades más grandes, como 5 kilos, conllevan penas obligatorias de 10 años.

Una segunda intención de las propuestas presentadas ayer por Holder es combatir el hacinamiento del sistema carcelario en EU —uno de los más grandes y costosos en el mundo— y reforzar el sistema preventivo a través de un sinnúmero de programas de salud. 17 estados de la Unión han desviado fondos para la construcción de prisiones canalizándolos a programas y servicios como tratamiento y supervisión destinados a reducir el problema de los reincidentes.

“Hoy en día, el círculo vicioso de la pobreza, la delincuencia, y las trampas de encarcelamiento afecta a demasiados estadounidenses y debilita demasiadas comunidades. Muchos aspectos de nuestro sistema de justicia penal en realidad pueden agravar estos problemas, en lugar de aliviarlos”, consideró Holder.

En este sentido, anunció que propondrá sentencias “mejor diseñadas para conductas individuales” y no para narcotraficantes y aseguró que el sistema actual atrapa a demasiados estadounidenses en un ciclo de pobreza y encarcelamiento.