Espionaje incluyó a parejas y novias
BOSTON. Un manifestante sostiene una fotografía del ex contratista de la NSA, Edward Snowden, durante una protesta. Snowden destapó el espionaje masivo realizado por la agencia, cuyos empleados también usaron el programa para vigilar a sus parejas. (Foto: ARCHIVO REUTERS )
WASHINGTON.— Cuando todo el mundo creía que el rosario de escándalos de espionaje había tocado fondo, la oficina del inspector general de la Agencia Nacional de Seguridad (NSA) confirmó ayer un capítulo aún más degradante: que algunos agentes de inteligencia usaron el sistema para espiar a sus novias, esposas o amantes.
Según el informe entregado por el inspector de la NSA, general George Ellard, al comité judicial del Senado, en los últimos 10 años se registraron al menos una docena de casos en los que los agentes de la NSA hicieron uso indebido de los sistemas de vigilancia movidos por los celos, las sospechas de infidelidad y hasta para interesarse por la vida sentimental de antiguas novias.
En uno de los casos más llamativos, un analista de la NSA hurgó en todos los correos electrónicos de una ex novia. Al tratar de justificar su acción, el analista aseguró que sólo estaba probando la eficacia del sistema. Su temeridad le valió una suspensión y una humillante degradación de rango.
En otro caso, una analista dominada por los celos y las sospechas hizo seguimiento del teléfono de su esposo para tratar de descubrir la identidad de una supuesta amante. El informe no detalla si, acaso, la analista consiguió su objetivo. Lo único que confirma es que, tras descubrirse su intervención ilegal, fue removida del cargo.
Otro colaborador espió entre 1998 y 2003 sin orden oficial nueve teléfonos de mujeres extranjeras. La situación salió a la luz cuando su prometida, que también trabajaba para el gobierno, empezó a sospechar. El hombre fue suspendido y renunció antes de que se decidiera cuál sería la sanción.
Las revelaciones se producen en momentos en que la NSA es blanco de las críticas por los excesos, la falta de controles y abusos cometidos y que hoy son evaluados por el Congreso.
En julio, los estadounidenses se enteraron de los programas de espionaje masivo conocidos como PRISM y XKeyscore, que permiten la vigilancia de millones de personas dentro y fuera del país a través de los correos electrónicos o llamadas de teléfono.
A principios de este mes, se reveló el espionaje desde la NSA contra gobiernos amigos como México y Brasil.
Pero la inclusión de amantes, novias y esposos en de la lista de objetivos espiados por la NSA deja a la comunidad de inteligencia sumida en una de sus peores crisis de credibilidad, mientras sus responsables prometen reformas y hacen propósito de enmienda ante el Congreso.
De hecho, el jueves pasado el director general de la NSA dijo que la agencia está inmersa en un proceso de reformas que podrían pasar por el acotamiento de la vigilancia que se practica sobre las llamadas telefónicos y los correos electrónicos.
Tras reconocer que durante los últimos años se cometieron algunos “errores técnicos y humanos”, Clapper aseguró que la NSA está abierta al diálogo para debatir los límites entre seguridad y privacidad y, a partir de esas consideraciones, realizar reformas.
Pero aun antes de iniciar ese diálogo, algunos especialistas coinciden en señalar que la necesidad de regular el espionaje dará pie a un intenso debate para decidir qué tipo de información debe considerarse como “relevante” para guiar el complicado sistema de algoritmos que discriminan o seleccionan todos los días la información de millones de ciudadanos a través de sus conversaciones telefónicas y sus correos.
“El gobierno tendrá la obligación de aclarar los criterios que, bajo la sección 215 de la Ley Patriota, han regido la recolección de datos e información hasta ahora. De ello depende la credibilidad de un sistema bajo sospecha que, además, ha sido utilizado con fines ilegales” consideró Wells Bennet, del Brookings Institution.