WASHINGTON (Agencias).— Francia reaccionó ayer indignada ante las revelaciones del diario francés Le Monde, con base en documentos del ex técnico de la CIA Edward Snowden, de que en un mes (del 10 de diciembre del 2012 al 8 de enero de 2013), la Agencia de Seguridad Nacional de Estados Unidos (NSA) interceptó más de 70 millones de comunicaciones francesas.

El ministro de Exteriores galo, Laurent Fabius, convocó de inmediato al embajador estadounidense en París Charles Rivkin, para exigir explicaciones. “Entre socios es inaceptable la violación de la esfera privada mediante el espionaje y es necesario garantizar rápidamente que esas prácticas no se repiten”, dijo el canciller.

Le Monde reportó que Estados Unidos no sólo espió comunicaciones telefónicas de sospechosos de terrorismo, sino también de personas del sector empresarial, de la política y la administración francesas. El secretario de Estado de Estados Unidos, John Kerry, de visita en París, hablará hoy de manera “privada” con Fabius sobre el tema, se informó.

Ante este panorama, ayer el presidente Barack Obama telefoneó a su par francés Francois Hollande para tratar las “legítimas cuestiones” planteadas por Francia sobre los programas de espionaje de EU, informó la Casa Blanca en un comunicado.

La nota indica que “algunas” de estas informaciones “distorsionan nuestras actividades”, mientras reconoce que otras “plantean legítimas cuestiones para nuestros amigos y aliados sobre cómo se despliegan estas capacidades”.

Obama aseguró a Hollande que “EU ha comenzado a revisar la manera en la que se recopila información de inteligencia, de modo que se equilibren las legítimas preocupaciones de seguridad de nuestros ciudadanos y nuestros aliados con las de privacidad compartidas por todos”.

Previamente, la portavoz del Consejo de Seguridad de la Casa Blanca, Caitlin Hayden, reiteró en un comunicado que la “recabación de información de inteligencia por parte de EU es del mismo tipo que la realizada por todos los países”.

Aunado a lo anterior, diaros holandeses revelaron ayer que la NSA intervino 1.8 millones de números de teléfono locales en diciembre del pasado año.