Ejército egipcio advierte: actuará contra amenazas
EL CAIRO. Egipcios seguidores del depuesto presidente Mohamed Mursi, ayer en una protesta en la plaza cairota Roxy . (Foto: KHALED ELFIQIEFE )
El Cairo (Agencias).— Unos 36 partidarios de los Hermanos Musulmanes murieron ayer en confusas circunstancias cuando eran trasladados a una prisión al norte de El Cairo, en una jornada en la que el líder del poderoso Ejército advirtió que no tolerará la violencia e instó a los islamistas a dejar las protestas.
El Ministerio del Interior dijo que un grupo de detenidos intentó escapar de una prisión en las afueras de la capital y agregó que un número indeterminado de personas murió asfixiada por gases lacrimógenos luego de que la policía se movilizara para liberar a un oficial que había sido tomado como rehén. Otras fuentes dijeron que los muertos eran 38.
Ofreciendo una versión diferente, una fuente judicial informó que 36 seguidores de los Hermanos Musulmanes se habían asfixiado cuando iban en la parte trasera de un vehículo policial repleto mientras eran trasladados a la cárcel.
Por otro lado, en un discurso televisado, el jefe del Ejército, Abdel Fattah al-Sisi, se comprometió a primera hora de ayer a tomar medidas enérgicas contra cualquiera que use la violencia. “No permaneceremos impasibles ante la destrucción del país y las amenazas contra la población”, dijo Al-Sissi, antes de asegurar que las Fuerzas Armadas no ansían el poder: “El honor de proteger la voluntad del pueblo es un orgullo más grande que gobernar Egipto”. Además, sorprendió al decir que “hay espacio para todos en Egipto” y que les preocupa “cada gota de sangre derramada”.
En este marco, los Hermanos Musulmanes desconvocaron la manifestación prevista para ayer en El Cairo por “motivos de seguridad”, informó el partido del movimiento islamista.
En los últimos días se repitieron ataques de ciudadanos enojados contra manifestaciones de seguidores de Mursi.
Egipto sufre la peor ola de derramamiento de sangre interna de su historia moderna, sólo 30 meses después de que el derrocamiento del presidente Hosni Mubarak fuera aclamado como un cambio democrático en una región gobernada por autócratas.
Las últimas cifras del gobierno señalan que al menos 830 personas han muerto desde el miércoles en los enfrentamientos entre los seguidores del depuesto presidente islamista Mohamed Mursi y las fuerzas de seguridad. La policía ha detenido en los últimos días a cientos de partidarios de los Hermanos Musulmanes.
La agencia estatal de noticias MENA, citando al gobierno, dijo ayer que 79 personas murieron y 549 resultaron heridas el sábado por la violencia política en todo el país.
Debaten futuro de la Hermandad
El gabinete interino se reunió el domingo para discutir el sangriento enfrentamiento. El liberal viceprimer ministro Ziad Bahaa el-Din abogó por el fin de un estado de emergencia declarado la semana pasada, la participación política de todos los partidos y las garantías de los derechos humanos, incluido el derecho a la libertad de reunión.
Sin embargo, su iniciativa parecía en contradicción con la postura del primer ministro, Hazem el-Beblawi, quien sugirió la ilegalización de los Hermanos Musulmanes, lo que lo obligaría a pasar a la clandestinidad. La reunión del gabinete terminó sin un anuncio inmediato de cualquier decisión clave.
Mientras tanto, el senador republicano por Arizona, John McCain, urgió a suspender los mil 500 millones de dólares que Estados Unidos ofrece al año en asistencia a Egipto. “No tenemos credibilidad. Tenemos influencia, pero cuando no la usas, entonces pierdes esa influencia”, asentó el senador McCain, quien predijo además que a Egipto le espera “un largo periodo” de conflictos políticos.
A su vez, el senador republicano Lindsey Graham advirtió que la situación en Egipto presagia “un desastre” debido a que los Hermanos Musulmanes podrían comenzar a operar de manera subrepticia.