NOGALES, Arizona (Agencias).— La policía de inmigración y aduanas (CBP por sus siglas en inglés) detuvo ayer a ocho dreamers que intentaban regresar a Estados Unidos desde México solicitando una visa humanitaria. La organización Dreamactivist.org, asociada con la Alianza Nacional de Jóvenes Inmigrantes (NIYA por sus siglas en inglés), dijo en Twitter que, además, “una treintena” de dreamers se presentaron en el puerto de entrada de Nogales.

La vocera de CBP, Lisa Small, dijo a la AP que no podía confirmar esa información, pero ratificó la declaración efectuada por el organismo el domingo, de que “los solicitantes para ser admitidos corren con la responsabilidad de probar que son claramente elegibles para entrar a los Estados Unidos”.

Del lado estadounidense, unos 60 manifestantes que aguardaban a los dreamers prorrumpieron en cánticos en español de “sin papeles, sin miedo” y, en inglés, “déjenlos salir”.

La primera en ser detenida fue Claudia Amaro Escalera, de 37 años, junto a su hijo Yamil, de 13 años, nacido en Estados Unidos. Amaro Escalera regresó a México hace 6 años, después de que su esposo fuera deportado, pero vivió más de 20 años en Estados Unidos, país que considera su hogar.

Benito Miller, organizador de la Alianza Nacional de Jóvenes Inmigrantes (NIYA) dijo que probablemente los jóvenes fueron transportados a un centro de detención. Los ocho soñadores fueron llevados de niños por sus padres a Estados Unidos, pero ellos decidieron regresar a México y ahora, a la luz de las negociaciones para una reforma migratoria, quieren retornar a EU.

Cowan, la abogada del grupo, dijo que de negárseles la entrada humanitaria, someterá una petición de asilo político para los ocho. “Esto va a ser una decisión que tomará el gobierno (del presidente Barack) Obama; quizás no sea inmediata, pero confío que será la correcta”, dijo la abogada.

Mediante ese plazo, pueden ser detenidos o liberados bajo palabra considerando que no son una amenaza para la sociedad, explicó Cowan.

Ayer mismo, para evitar el descarrilamiento de la reforma migratoria, Obama se reunió con grupos de base que le acompañaron en su última campaña presidencial, con el fin de infundir un nuevo aliento a las movilizaciones que buscarán ejercer mayor presión sobre los republicanos que se resisten a conceder una vía a la ciudadanía a 11 millones de indocumentados de EU. Al mismo tiempo, un grupo de inmigrantes anunció el inicio de una huelga de hambre para exigir el fin de las redadas y deportaciones. (Con información de J. Jaime Hernández)