WASHINGTON.— Con el aliento de un imperio que se ha quedado sin fuelle, el presidente de Estados Unidos, Barack Obama, reiteró ante la 68 Asamblea General de Naciones Unidas (ONU) que dará una oportunidad a la vía diplomática para Irán y Siria, pero sin renunciar a la presión de las sanciones y la vía militar para garantizar el cumplimiento de sus compromisos ante la comunidad internacional.

“Necesitamos una resolución fuerte de Naciones Unidas que obligue a (Bashar) al-Assad a cumplir con su compromiso. Si no, estaremos diciendo que la ONU no es capaz de asegurarse de que se respetan las leyes internacionales más básicas”, dijo el presidente sobre el caso de Siria. Acto seguido, puntualizó las condiciones para que Irán pueda abandonar su condición de Estado paria y dejar atrás casi 40 años de desencuentros con EU y la comunidad internacional.

“Estamos satisfechos de que el presidente Hassan Rouhani haya recibido el mandato de los iraníes de seguir un camino más moderado”, dijo. “Pero nunca vamos a tolerar el uso ni la fabricación de armas de destrucción masiva y rechazamos la fabricación de armas nucleares”. La advertencia del presidente se produjo en medio de un intenso intercambio de pareceres entre las delegaciones de ambos países, ante la expectativa de un encuentro entre Obama y Rouhani.

La reunión, sin embargo, fue cancelada a petición de Irán que, según funcionarios de la Casa Blanca, esgrimió asuntos de “política doméstica” para desairar al presidente de EU. El inicio de contactos recayó sobre el secretario de Estado, John Kerry, y el recién designado ministro del exterior de Irán, Mohammad Javad Zarif.

En otra parte de su mensaje, Obama reconoció que EU aprendió bien su lección, tras las intervenciones que no salieron como algunos pensaban en países como Irak. “Estados Unidos ha ganado en humildad cuando se trata de reconocer nuestra capacidad limitada para determinar los acontecimientos dentro de otros países”, dijo.

“Los recientes debates en EU sobre Siria muestran claramente que el peligro para el mundo no es nuestra disposición para involucrarnos en los asuntos de otros países o de asumir todos los problemas en la región como propios. El peligro para todo el mundo es que EU, después de una década de guerra y con problemas, puede generar un vacío de liderazgo que ningún otro país esta dispuesto a llenar”, remató.

El presidente de Irán reafirmó por su parte ante la ONU los fines “exclusivamente pacíficos” del programa nuclear de su país y manifestó sus esperanzas de que negociaciones diplomáticas con EU y otras naciones permitan “gestionar las diferencias”. Rouhani criticó las sanciones contra su país y advirtió que la amenaza del uso de la fuerza en Siria “sólo llevará a una mayor exacerbación de la violencia y la crisis en la región”. Más tarde, en una entrevista con CNN, Rouhani dijo que el Holocausto fue un “crimen censurable y condenable” cometido por los nazis contra el pueblo judío. Su antecesor Mahmud Ahmadineyad negaba el genocidio. En el Congreso de EU, influyentes senadores mostraron su recelo ante el régimen iraní y pidieron a Obama no bajar la guardia. (Con información de agencias)