Lo + de 2013. Colombia avanza hacia la paz
LA HABANA. "Iván Márquez", jefe negociador de la guerrilla colombiana. (Foto: ARCHIVO EFE )
Si algo marcó positivamente a la política sudamericana este año fue el avance en el proceso de paz colombiano. A 13 meses de haberse iniciado le queda más de medio camino por recorrer, pero ahora lo hará por una vía rápida, según los acuerdos alcanzados en noviembre en La Habana.
Cuando el 4 de septiembre de 2012 el presidente Juan Manuel Santos anunciaba al mundo la disposición a abrir una nueva ronda de negociaciones con las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC), la sociedad se mostraba reacia a apoyarlos. Así lo manifestaban entonces las encuestas y los líderes de opinión. En su anuncio, Santos prometió que “no se repetirían los errores del pasado”.
Sabía que, como nunca antes, existía —y existe— un contexto inmejorable para ponerle fin al conflicto que sobrevive desde la Guerra Fría. No sólo Noruega y Cuba, apoyan las negociaciones, sino también la Venezuela chavista y Estados Unidos, sin olvidar a Brasil a la Unión Europea y a todos los países de la región.
La decisión de avanzar en esa negociación le provocó no pocos dolores de cabeza al gobierno de Santos, sino que terminó de romper lanzas con el ex presidente Álvaro Uribe, y la gestión, que hasta aquí había sido errática, comenzó a ser medida en función de los avances y retrocesos registrados en las negociaciones.
Cuando el 26 de mayo se acordó el primero de los cinco puntos de la agenda, fue la administración Santos la que respiró aliviada, pues desde el 19 de octubre de 2012, día formal del inicio de las negociaciones, más de una vez había amenazado con levantar al equipo de negociadores liderado por el ex vicepresidente Humberto De la Calle de la mesa de negociaciones en la capital cubana.
La sociedad comenzó a creer que esta vez sí podía ser posible la paz, cuando el pasado 6 de noviembre acordaron el segundo y más crucial de los puntos, el que abrió el camino para alcanzar la paz a lo largo del 2014: la eventual participación de la guerrilla en la vida política.
De inmediato las encuestas cambiaron para el presidente Santos, que decidió atar su suerte política al proceso de paz y, ahora, con la candidatura a la reelección ya lanzada, encabeza las encuestas con holgura para los comicios del próximo 25 de mayo.
Hay un sector más duro dentro de la clase política colombiana que descree totalmente los resultados de las negociaciones y de sus posibles resultados. Es el sector que se encolumna detrás de Álvaro Uribe y de su candidato a la presidencia, Iván Zuloaga.
Pero Santos, otrora el enemigo número uno de las FARC en sus tiempos de Ministro de Defensa de Uribe, ha llevado su pragmatismo hasta las últimas consecuencias y, hasta aquí, has cumplido con aquello de “no repetir errores del pasado…”.
Ahora, el presidente no tiene más opciones que avanzar con las negociaciones y conseguir firmar la paz cuanto antes.
Las FARC vienen de tener otro gesto el pasado 9 de diciembre cuando anunciaron unilateralmente, un alto el fuego por 30 días. Otro paso más en pos de la meta que todos los colombianos aguardan desde hace casi medio siglo y que sin duda marcará los primeros meses del próximo año: la paz en Colombia.