CIUDAD DEL VATICANO.— Como la mayoría del clero italiano, y quizá el de otras partes del planeta, comienza a seguir la modesta y austera forma de vestir que el papa Francisco ha impuesto desde su elección como Pontífice, los negocios especializados en la venta de hábitos sacerdotales también se han visto obligados a adecuarse a esta moda, cambiando radicalmente sus vitrinas y catálogos.

“Hasta hace pocos meses los cardenales y obispos imitaban a Benedicto XVI, que usaba diversos tipos de mitras durante las también diversas celebraciones religiosas”, explicó un respresentante de Ghezzi, un histórico negocio del centro de Roma especializado en vestimentas sacerdotales.

“En el tiempo de Joseph Ratzinger confeccionaban al menos diez mitras al mes visto que los cardenales y obispos exigían modelos diferentes. Pero hoy, por el contrario, al máximo vendemos una al mes”, agregó el negociante.

Dijo asimismo que las sotanas sacerdotales también han cambiado, no tanto por su alto precio —una de una buena hechura puede llegar a costar entre 600 y 700 euros—, sino por la manera de vestir del papa Francisco, que “cuando era cardenal usaba el llamado clergyman (chaqueta, pantalón oscuro y camisa con alzacuellos) y ahora, bajo la sotana, viste pantalones negros y unos zapatos también negros que debe llevar puestos desde hace tiempo.

Esta forma de vestir, que refleja la manera en que el Papa cumple con su ministerio, ha terminado por obligar a muchos sacerdotes a llevar el traje que en algún tiempo usaban solamente los pastores protestantes.

Pero el cambio más radical impuesto por Francisco es el de la cruz pectoral, que hasta hace poco tiempo la mayoría de los sacerdotes exigían que fuera de oro, porque éste no se decolora o por una cuestión de estilo o de vanidad.

Esta costumbre cambió a partir de la primera aparición ante el mundo del nuevo Papa, cuando se presentó llevando una cruz de metal. Hoy en día obispos y cardenales usan cruces de plata, algunos de fierro y otros hasta de madera.

Al respecto, vale a pena recordar que la única orden religiosa que prescribe a sus obispos el uso de una cruz pectoral simple, sin decoraciones y no de oro, es la franciscana, pero no la jesuita a la que pertenece el Papa argentino, quien entre otras cosas también ha modificado la tradición del anillo pontificio, ya que desde su elección lleva uno de plata dorada y no de oro, como desde hace dos mil años mandaba la tradición.

Para poner orden a la nueva forma de vestir de los sacerdotes, el diario católico Avvernire difundió un libro intitulado El galateo para los sacerdotes y su comunidad, del padre Michele Garini, quien dice que “el sacerdote debe saber despojarse de su hábito eclesiástico no sólo para evitar que se convierta en una coraza, sino para no hacer de él la única y segura garantía de su identidad”.