BUENOS AIRES.— Federico Corner, director del Sistema Integrado de Emergencia Sanitaria de Rosario, Argentina, advirtió ayer que el ataque de peces carnívoros registrado el miércoles en una playa de Rosario, sobre el río Paraná, es “algo excepcional y de una magnitud” nunca antes vista.

Las mordeduras y heridas que sufrieron al menos 60 personas, entre ellas una niña de 7 años que enfrentó la amputación parcial de un dedo y un niño con fractura expuesta, causadas por un cardumen de palometas, provocaron temor y alarma entre quienes viven y transitan la costa del río Paraná.

En declaraciones a periodistas, Corner recordó que “no es la primera vez que ocurre” el fenómeno, aunque sí con esta fuerza.

Sobre el total de asistidos, Corner reiteró que sólo hubo dos niños con lesiones más graves y que ya fueron dados de alta. “El resto requirió curaciones y desinfección de sus heridas”, precisó. Por otro lado, deslizó que es probable que el calor extremo haya incidido en la llegada del cardumen a la costa.

“El aumento de la temperatura del agua hace que los animales vengan más a la costa”, dijo e experto en diálogo con TN y las radios La Red y Mitre.

Hizo hincapié en que el personal de guardia que trabaja en la costa debe estar atento y subrayó que su misión, sobre todo por estas horas, consistirá en advertir a la gente que “no se meta en el agua” hasta que esté superada la situación y controlada la invasión.

Las palometas, la especie bajo la lupa de los rosarinos, son peces carnívoros de dientes filosos y muy agresivos, que suelen actuar en ataques grupales y aparecen en las costas del Paraná, especialmente con altas temperaturas.