LOS ÁNGELES.— La muerte de su esposo hace dos años obligó a Bertha Díaz a ponerse tras el volante para encargarse de llevar a sus tres hijos a la escuela. Desde entonces, la policía le ha confiscado tres veces el auto porque, al ser indocumentada, no cuenta con una licencia para manejar.

Esta madre originaria de Jalisco que llegó hace 17 años a California ha desembolsado más de ocho mil dólares entre multas, grúas, corralones y gastos legales para poder recuperar cada vez el vehículo. Ese dinero lo hubiera podido ahorrar de haber existido antes una ley como la iniciativa aprobada ayer por la legislatura estatal que busca otorgar permisos de conducir a quienes carecen de documentos legales. La medida AB60 aguarda ahora en el escritorio del gobernador Jerry Brown, quien se ha mostrado partidario de convertirla en ley porque permitirá que “millones de personas vayan a trabajar seguros y legalmente” además de mandar a los legisladores en Washington DC “el mensaje de que la reforma migratoria debe proceder”.

El próximo año se cumplen dos décadas desde que California dejó de emitir licencias de conducir que beneficiaban a los indocumentados. Hasta 1994 “sólo hacía falta mostrar cualquier tipo de documento que comprobara que vivías en California para solicitar una licencia”, recuerda Joseph Villela, director de políticas de la Coalición por los Derechos Humanos de los Inmigrantes en Los Ángeles. “Pero el gobernador Pete Wilson consideró que eso era un imán para que muchos inmigrantes sin documentos vinieran a California y se dejaron de dar licencias”.

“Yo no quiero que por no tener una licencia se pierda el sueño de mis hijos, porque ellos sí han nacido aquí”, comentó Bertha. “Quien manejaba era el papá. Él sí tenía documentos pero, al morir él, a la fuerza tuve yo que ponerme a manejar”. “La policía me quitó el auto por 30 días y no les ha importado dejarme con mis hijos en la calle incluso la noche de Navidad. Una vez acababa de dejar a mi hija en la escuela y tuve que pedir prestado otro auto para ir a recogerla. Lo mismo tuve que hacer los días siguientes. Nosotros necesitamos licencias cuanto antes, no podemos seguir esperando un día más porque te causa estrés estar pensando todo el tiempo que te vaya a parar la policía”. Aunque el gobernador Brown tiene hasta el mes de noviembre para estampar su firma, la medida entraría en vigor en enero de 2015. Se estima que hay entre 1.4 y 1.7 millones de personas sin documentos en California que califican para solicitar una licencia de manejar.

“Asumimos que el Departamento de Vehículos Motorizados necesita tiempo para conseguir los recursos y el personal para acoger toda esa demanda de nuevas licencias, y que las personas deberán prepararse para estudiar el código de circulación y conseguir un seguro”, argumentó Villela. La licencia para indocumentados incorporará la letra P como distintivo para recalcar que quien la posee tiene el “privilegio” de manejar, pero no el de solicitar beneficios estatales o federales. La cancillería de México hizo un reconocimiento a la Asamblea Estatal de California por la aprobación de la iniciativa de Ley AB60. En un comunicado, valoró la voluntad expresada por el gobernador Brown de promulgar la iniciativa a la brevedad.