Atentado suicida deja 16 muertos en Rusia
VIGILANCIA. Investigadores trabajaban ayer en el lugar de la explosión en la estación de trenes de Volgogrado. (Foto: SERGEI KARPOV REUTERS )
MOSCÚ (Agencias).— Una atacante suicida causó la muerte de al menos 16 personas y más de 40 heridos, ayer tras inmolarse en una estación de trenes de Volgogrado, en el sur de Rusia, y reavivó el miedo entre los rusos ante una posible serie de atentados a seis semanas de que se celebren los Juegos Olímpicos de Invierno, en Sochi. El de ayer fue el segundo ataque mortal en tres días.
La “viuda negra”, como se conoce a las esposas o familiares de insurgentes muertos en el Cáucaso Norte a manos de las fuerzas de seguridad rusas, detonó su carga frente al detector de metales dentro de la entrada principal de la estación, dijo el Comité de Investigación federal. Imágenes de televisión mostraban una gran bola de fuego naranja que llenó el salón y humo saliendo a través de las ventanas quebradas.
“Había personas en el suelo, gritando y pidiendo ayuda”, dijo Alexander Koblyakov, un testigo, a la cadena Rossiya-24 TV.
Según el diario español El País, que cita a su vez a La Voz de Rusia, un análisis de ADN a la cabeza de la terrorista, que se encontró tras el atentado, determinó que se trata de Oksana Aslanova, perteneciente a un grupo armado de la república rusa de Daguestán, región montañosa donde suelen registrarse enfrentamientos entre las unidades del Kremlin y los extremistas.
La suicida hizo detonar diez kilos de explosivos, que también portaban clavos, mientras las personas se apiñaban junto al control de equipajes, indicaron testigos a la televisión rusa Rossija-24.
“Debido a las fiestas de Año Nuevo había muchas más personas de lo habitual y portaban también más equipaje consigo de lo normal”, dijo la propietaria de un kiosko cercano, Irina Kirillowa, que no sufrió ninguna lesión. Habló, sin embargo, del ensordecedor estruendo, de los cristales hechos añicos y de las personas que gritaban.
Militantes islamistas en el norte del Cáucaso han perpetrado una serie de ataques desde que el presidente Vladimir Putin llegó al poder en 2000. De hecho, amenazan desde hace meses con llevar el terror al corazón de los Juegos de Invierno.
En la ciudad ha cundido “el pánico”, dijo Kasbek Farniyev, el asesor del gobernador local. “Dos atentados en dos meses, eso es demasiado para la población sencilla. El Estado tiene que actuar”, exigió.
Volgogrado, la antigua Stalingrado que fue escenario de una de las batallas más sangrientas de la Segunda Guerra Mundial y actualmente está considerada un importante cruce de carreteras, es una urbe en la que viven millones de personas y se encuentra a unos 700 kilómetros de Sochi. Además, Volgogrado será una de las ciudades anfitrionas de la Copa Mundial de futbol de 2018, otro evento deportivo de alto perfil que Rusia se adjudicó con ayuda de Putin y que llevará a miles de visitantes extranjeros al país.
Putin ordenó a las autoridades que tomen todas las medidas necesarias para reforzar la seguridad, dijo el portavoz del Kremlin, a la vez que un vocero de la policía federal, Vladimir Kolesnikov, dijo que se aumentará la seguridad en las estaciones de trenes y aeropuertos.
El presidente Putin condenó el atentado con dureza e instó a los investigadores a encontrar a los responsables y encarcelarlos. Además, prometió ayuda a los heridos y familiares de las víctimas y mandó un enviado a Volgogrado.
La OTAN y el Consejo de Seguridad de la ONU también condenaron el ataque suicida, al tiempo que el Departamento de Estado de Estados Unidos señaló por su parte: “Estamos del lado del pueblo ruso y contra toda forma de terrorismo”, señala una declaración emitida en Washington.
El ataque del domingo fue el más letal que ha visto Rusia desde enero de 2011, cuando unos insurgentes islamistas provocaron la muerte de 37 personas en un aeropuerto en Moscú.