SANTIAGO.— “Un líder político como Mandela aparece en la vida de una nación una vez cada mil años, si la nación es afortunada”, declara el periodista y escritor británico John Carlin, corresponsal del diario The Independent en Sudáfrica entre 1989 y 1995, quien conoció a Nelson Mandela.

Esas experiencias se tradujeron en el libro Heroica tierra cruel (2004), prologado por el propio Mandela, y luego en El factor humano (2009), en el que Carlin reconstruye la final del Mundial de Rugby de 1995 y cómo Mandela aprovechó ese episodio para unificar al país. Este año Carlin lanzó un nuevo libro sobre él, La sonrisa de Mandela (Debate), una biografía publicada este mes en Chile.

¿Cuál es la imagen que conserva de sus encuentros con Mandela?

Era el gran líder moral y político de nuestros tiempos. Lo fantástico de Mandela era la coherencia entre su mensaje político, que resaltaba la democracia y el respeto, y su comportamiento en privado.

¿Qué elementos le permitieron lograr la integración entre la minoría blanca y la mayoría negra de Sudáfrica?

Él nunca sintió odio hacia los blancos. Fue una persona dispuesta a juzgar a cada persona por sus méritos. Él no tenía sentimientos racistas, cosa que podría haber tenido, dado el sufrimiento al que el Estado blanco lo sometió. Esa es la clave. Si combinas todo eso con la astucia política que tenía, creo que tienes un mejor entendimiento de cómo logró unir a un país que había estado tremendamente dividido durante siglos.

¿Y esa mirada fue producto de los años que estuvo en prisión?

Creo que él tenía esos sentimientos de antes. Pero en prisión tuvo muchísimo tiempo para reflexionar, para madurar, leer. Digamos que la cárcel lo hizo más pragmático, más realista y entendió políticamente cuáles eran los límites de lo posible.

¿Los sucesores de Mandela han estado a la altura de su gestión?

Los herederos no solo no han estado a la altura, sino que en muchos casos han traicionado los valores de Mandela. No quiero decir que ha sido una catástrofe, porque el legado de Mandela es una democracia estable y admirable.

¿La muerte de Mandela podría generar algún tipo de inestabilidad en Sudáfrica?

Categóricamente no. Esa es una pregunta que gente se hace, pero no existe ningún motivo para pensar que va a haber algún tipo de convulsión o cambio drástico, por la sencilla razón de que Mandela, en los últimos 4 o 5 años, estuvo ausente, incluso en cuanto a su capacidad de percibir todo lo que lo rodeaba.