WASHINGTON.— Bradley Manning pasará a la historia como el soldado que tuvo la valentía de exponer los abusos y violaciones a los derechos humanos de Estados Unidos en Irak y Afganistán.

Pero también, y a partir de ayer, como Chelsea Manning, la mujer que consiguió escapar de su piel de hombre para exponer las vergüenzas de los EU que le vieron nacer mientras desafiaba el poder militar y el convencionalismo social de un país que aún encuentra serias dificultades para aceptar el poder emergente de la comunidad gay.

“Quiero que todos sepan de mi verdadero yo. Soy Chelsea Manning. Soy una mujer. Dada la forma en que me siento y que me he sentido desde la infancia, quiero comenzar terapia hormonal tan pronto como sea posible”, aseguró Manning en un comunicado lo más parecido a un manifiesto de corte transexual que ha conseguido sacudir incluso a sus más fieles defensores.

Bradley reconoció que su transición hacia su condición de mujer no será fácil, ni inmediata. De hecho, pidió a sus simpatizantes que le sigan escribiendo bajo el nombre de Bradley, ya que la correspondencia que se reciba en la prisión bajo el nombre de Chelsea podría no llegar a sus manos. “A partir de hoy, les pido que se refieran a mí como Chelsea, excepto cuando me escriban al confinamiento militar en el que aún me encuentro”, les pidió mientras les agradecía el apoyo recibido a lo largo de más de tres años.

Tras conocerse la decisión de Manning de salir del armario y someterse a un tratamiento de hormonas, la red de apoyo nacional a la comunidad Lésbico, Gay, Bisexual y Transexual (LGBT) manifestó su apoyo incondicional a Chelsea en su fase de transición. “Los miembros de nuestra comunidad entienden perfectamente la fase de transición por la que se dispone a pasar Chelsea. Y esperamos que, con su acción, le dé voz a esa comunidad de internos que sufren de acoso sexual y humillaciones”, dijo Darlene Nipper, directora de esa organización.

Tras la sentencia de 35 años dictada el miércoles, que podría ser confirmada o reducida por un Distrito Militar en el curso de los próximos días, Chelsea Manning pasará a formar parte de quienes han solicitado la clemencia presidencial mientras purgan condena. Y mientras lo hace, tendrá que librar una difícil batalla para lograr que se le suministre la terapia a base de hormonas que el ejército no contempla bajo ningún caso.

La terapia hormonal de transición para quienes sufren disforia de género es el tratamiento médico común para este padecimiento, por lo que es derecho legal de Manning recibirlo en prisión, dijo ayer la Unión Estadunidense por las Libertades Civiles (ACLU).

Para muchos de sus simpatizantes, la historia de Manning ha sido la de un David contra el Goliat de las Fuerzas Armadas. Una lucha constante contra el acoso, la humillación y las vejaciones en el seno del ejército, adonde se incorporó a los 19 años. (Con información de agencias)