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Madiba nos dio la libertad

Ana Anabitarte • Enviada| El Universal
Lunes 09 de diciembre de 2013
<i>Madiba</i> nos dio la libertad

OPINIÓN. "Me enteré de la noticia de su fallecimiento conduciendo mientras escuchaba la radio. Estaba solo así que paré el coche y me puse a llorar sin parar" Brian Nkabumbula, taxista sudafricano . (Foto: ANA ANABITARTE )

Miles hacen filas para firmar el libro de condolencias por la muerte del ex presidente

PRETORIA, Sudáfrica.— Brian Nkabumbula es taxista, está casado, tiene “sólo tres hijos”, como él mismo dice, vive en Pretoria, la capital política del país, y jamás ha salido de Sudáfrica, donde nació hace 41 años.

Brian tiene graves problemas económicos para llegar a fin de mes porque sólo gana 200 dólares mensuales trabajando 10 horas al día. Y su mujer tampoco le puede ayudar mucho porque apenas llega a los 100 dólares trabajando de dependienta en una tienda de 7:00 de la mañana a 4:30 de la tarde. Pero pese a su difícil situación económica se considera un hombre feliz. Feliz de vivir en libertad. Una libertad que, como él dice, le dio Mandela. O como él le llama: Tata Madiba.

Por eso, ahora y desde que se enteró de su muerte hace unos días, está muy triste. Dice que le echa de menos, que era su referente en la vida y que Sudáfrica no será lo mismo si él.

“Me enteré de la noticia de su fallecimiento conduciendo mientras escuchaba la radio”, cuenta a EL UNIVERSAL. “Estaba solo así que paré el coche y me puse a llorar sin parar. Pensé en cómo había luchado por nosotros, por la gente de raza negra, para que hoy vivamos en libertad. En cómo había sido capaz de estar casi 30 años en la cárcel viviendo en unas condiciones muy duras, para defender nuestros derechos. Y me di cuenta de que él fue el hombre más bueno que ha existido nunca y que jamás existirá”, añade. “Después de pensar mucho en él, me fui a casa con mi mujer. No era capaz de trabajar más”, añade.

Brian Nkabumbula recuerda el día 11 de febrero de 1990 en que Mandela, tras 27 años en la cárcel, fue puesto en libertad. “Nunca lo olvidaré. Me impresionó su cara. Cómo había envejecido y cómo su salud había empeorado por las duras condiciones en las que había vivido tanto tiempo enfermo. Los medios de comunicación no habían ofrecido imágenes suyas desde que estaba preso, de manera que nadie nos podíamos imaginar en qué estado estaría. Así que fue una sorpresa ver cómo había envejecido, pero también comprobar que pese a ello seguía siendo un hombre lleno de fuerza y de energía, tenía una voz muy alta y muy potente, y sobre todo, muchas ganas de seguir luchando por nuestros derechos”.

Tras su muerte, ahora Brian confía en que el presidente Jacob Zuma siga su legado. Dice que confía en él pese a las múltiples acusaciones de corrupción que enfrenta, entre otras la de haberse gastado 28 millones de dólares de los africanos en un complejo de mansiones.

Phillip Tambani y Tsumbedzo Tshinavita ambos de 29 años y amigos desde la infancia también consideran a Mandela “alguien que dio la libertad a los hombres y mujeres de raza negra”. “Él es el símbolo de Sudáfrica” dijeron ayer a EL UNIVERSAL. Ambos acudieron al impresionante complejo de edificios que albergan la sede del gobierno de Sudáfrica y las oficinas del presidente, el llamado Unión Buildings, ubicado en una hermosa colina y rodeado de embajadas. Allí, de miércoles a viernes se expondrá el cuerpo de Nelson Mandela para que los ciudadanos se puedan despedir de él.

Ayer los dos esperaron durante dos horas en la fila sólo para firmar en el libro de condolencias, y luego depositaron unas flores en un altar en el que cientos de ciudadanos, de raza blanca y de raza negra, sudafricanos y extranjeros, hombres, mujeres y niños, de todas las clases sociales y religiones, dejaron sus mensajes, algunos de ellos escritos en chino, flores, cartas y fotografías de Mandela.

“Él trajo la democracia a Sudáfrica, él nos dio libertad, el luchó por nuestros derechos así que todo lo que tenemos se lo debemos a él”, explicaba Phillip. “Es un icono de la sociedad”, añadía Tsumbedzo. “Y nunca los ciudadanos podremos agradecerle lo suficiente todo lo que hizo por nosotros”, concluye.

El cuerpo de Mandela ya se encuentran en Pretoria, en el Hospital Militar, donde está siendo embalsamado. El martes se celebrará una misa funeral en el FNB Stadium, antes conocido como Soccer City, de Soweto, en Johannesburgo, el mismo lugar donde España se proclamó campeona del Mundial de Fútbol de 2010.

A la ceremonia han confirmado su asistencia 53 jefes de Estado y de Gobierno, entre otros el presidente de México, Enrique Peña Nieto, y el estadounidense Barack Obama, según informó ayer la canciller sudafricana, Maite Nkoana-Mashabane. Luego, de miércoles a viernes cada día el féretro con los restos de Mandela saldrá de la capilla ardiente que se instalará en un edificio de Unión Buildings y desfilará por las calles de Pretoria para que la gente lo pueda ver. Cada jornada la ruta será distinta y al concluir el cuerpo de Mandela volverá a la capilla ardiente a la que sólo podrán acceder aquellos que lo soliciten, y sin cámaras de fotos ni de video. El deseo de su familia es que la imagen de un Mandela vivo sea la que quede para siempre en la memoria de todos.



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