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El predicador de la humildad que vivía rodeado de lujos

Jorge Gutiérrez Corresponsal| El Universal
00:05Ciudad del Vaticano | Domingo 27 de octubre de 2013
Franz-Peter Tebartz, en su primera misa como obispo, en la Catedral de Limburg, en enero de 2008

EN LA MIRA. Franz-Peter Tebartz, en su primera misa como obispo, en la Catedral de Limburg, en enero de 2008. (Foto: REUTERS )

El obispo de la localidad alemana de Limburg, suspendido el miércoles pasado por el papa Francisco, causó indignación en el Vaticano y la Iglesia católica por un estilo de vida criticado hoy por el propio Pontífice

Franz-Peter Tebartz-van Elst, el obispo de la diócesis de Limburg, Alemania, suspendido el miércoles pasado por el papa Francisco por su estilo dispendioso, solía criticar acremente desde el púlpito los lujos dentro de la Iglesia.

Nacido el 20 noviembre de 1959 en la ciudad alemana de Eden Twist, Franz-Peter Tebartz-van Elst, ex docente universitario y teólogo, en 2007 fue nombrado obispo de Limburg por Benedicto XVI para limar las asperezas que habían surgido en esta diócesis durante el largo episcopado del obispo progresista Franz Kamphaus quien, al no haber respetado la decisión vaticana (1999) sobre la presencia de católicos consultores que emitían certificados que autorizaban en alguna forma el aborto, recibió un ultimátum del papa Juan Pablo II en marzo de 2002.

El nuevo obispo, al asumir su cargo, tuvo sin embargo que enfrentar la resistencia de aquella parte del clero de Limburg que seguía ligado a Franz Kamphaus y que consideraba a Franz no sólo un conservador, sino un enviado de Roma con precisas instrucciones: poner en "orden" la diócesis.

En 2008, pocos meses después de su toma de posesión, Tebartz-van Elst, conforme a las instrucciones recibidas, removió de su cargo al decano Peter Kollas, quien en agosto había bendecido la unión de una pareja homosexual en la catedral de Wetzlar. A partir de ese momento, como comentan los fieles de su diócesis, el obispo también se dedicó a criticar acremente los lujos dentro de la Iglesia, críticas que hoy se le han revertido por su dispendiosa gestión en el obispado de Limburg.

"Siempre hablaba de la humildad en que debe vivir la Iglesia católica, la cual, repetía, debe compartir sus bienes con el prójimo, particularmente con los más necesitados y sobre todo no despilfarrar el dinero", comentó a EL UNIVERSAL Silvia Kleinekampmann, una católica alemana que, como tantos, quisiera que la suspensión del obispo fuera definitiva.

Por su parte Eva Kalinger, vaticanista de la revista alemana Focus, recordó a este corresponsal que al tomar posesión de su cargo, Tebartz-van Elst dijo que "no tenía necesidad del lujo, pero siendo un personaje poco conocido su afirmación causó impacto sólo cuando el semanario alemán Der Spiegel reveló su viaje a India y los exorbitantes gastos que hoy le imputan".

Visto que en la Iglesia pobre y para los pobres que está construyendo no hay espacio para los despilfarros, el Papa decretó la suspensión de Tebartz-van Elst luego de conocerse el exorbitante costo de la reconstrucción que realizó de la sede episcopal -31 millones de euros- y otros no menos dispendiosos gastos personales que han ofendido profundamente a los miembros de Iglesia y a los fieles de su país.

Entre los gastos exorbitantes del obispo destaca una tina de baño de 15 mil euros, así como un nuevo jardín que costó 783 mil euros.

En primera clase

Al prelado también le gustaba tomarse fotografías a bordo de autos de lujo y para ir a bendecir a los pobres de India voló en primera clase. Esta conducta obligó al Vaticano a hacer una investigación, encabezada por el cardenal Giovanni Lajolo, y posteriormente, a suspender a Tebartz-van Elst de su ministerio obispal.

"La Conferencia episcopal alemana constituyó una comisión que examinará la cuestión de la construcción de la sede episcopal y en espera de los resultados la Santa Sede ha determinado que monseñor Franz-Peter Tebartz-van Elst permanezca un periodo fuera de la diócesis", explicó el padre Federico Lombardi, portavoz vaticano, esta semana.

La vaticanista de Focus reconoció que Tebartz-van Elst era considerado un sacerdote brillante y destinado a hacer una gran carrera, y que por ello que se convirtió muy joven en obispo, aunque "no era gentil con los fieles ni con sus colaboradores".

Joerg Bremen, vaticanista del diario alemán Frankfurter Allgemeine Zeitung comentó por su parte que Tebartz-van Elst es "un poco extraño, no parece auténtico y nunca estás seguro que hace lo que piensa y dice, pero se sabe que es un buen sacerdote, que ha escrito un libro de teología y que es apreciado en la Iglesia".

Solución "franciscana"

Luego de definirlo como un conservador, Bremen señaló que el obispo "sigue la teología del papa Francisco, pero con un estilo de vida contrario a lo que pregona y por eso creo que no regresará a su diócesis. De hecho ya le están buscando un puesto en el Vaticano. Creo que todo se resolverá en tres meses, cuando se conozca la magnitud de su despilfarro y quién lo autorizó. Muy franciscana es para mí la solución adoptada por el Papa".

Pero para el vaticanista el verdadero problema no es tanto las cantidades gastadas por el obispo, sino su falta de trasparencia: "Decía que era un sacerdote y que no se ocupaba de estas cosas, pero se sabe que intentó esconder los gastos realizados, primero habló de 3 millones, luego de 9 y más tarde 30 o más. Nunca habló claro y trasparente sobre este tema", dijo Bremen.

La ironía de todo lo anterior es que entre los objetivos del obispo Tebartz-van Elst, como lo hizo saber al ocupar la diócesis de Limburg, estaban "vivir plenamente la fe misionera" y "reforzar la identidad del creyente", profundizando la fe en la catequesis y en la liturgia, pero también estimular el diálogo de la Iglesia con la cultura para así "percibir" mejor las necesidades de los pobres con el fin de "encontrar, juntos, un mejor futuro para la diócesis".



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