Los insurgentes desataron una nueva oleada de ataques con coche bomba en vecindarios chiíes en Bagdad el domingo, matando al menos a 39 personas e hiriendo a docenas más, informaron las autoridades en el más reciente de una serie de ataques coordinados en áreas civiles que en los últimos meses han cobrado cientos de vidas.

Cuatro policías dijeron que los explosivos, colocados en vehículos estacionados y detonados en un periodo de media hora, afectaron zonas comerciales y estacionamientos. Las explosiones más mortales se registraron en los vecindarios de Shaab, en el norte de Bagdad; en Abu Dshir, en el sur; y en Nahrwan, en el sureste. En cada uno de estos atentados murieron seis personas.

Otras explosiones ocurrieron en los vecindarios de Mashtal, Baladiyat y Ur, en el este de la capital iraquí, y en la zona norte, en los distritos de Sab al-Bor y Hurriyah.

Seis funcionarios médicos confirmaron la cifra de muertos. Todos los funcionarios hablaron a condición de mantener el anonimato porque no tienen autorización para dar información.

Hasta ahora ningún grupo se ha responsabilizado por los ataques, pero este tipo de atentados sistemáticos son una táctica predilecta de la rama local de la red al-Qaida. Con frecuencia ataca zonas civiles en mercados, cafeterías y calles comerciales en áreas chiíes en un intento por socavar la confianza en el gobierno y en miembros de las fuerzas de seguridad.

La violencia se ha incrementado en Irak desde abril, cuando el ritmo de muertes en actos violentos alcanzó niveles no vistos desde 2008. Los atentados del domingo aumentan la cifra de muertos en todo el país por encima de los 500 sólo en este mes.

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