LONDRES.- Y quedó confirmado. Gran parte de aquella derrota del Barcelona ante el Chelsea -en los octavos de final de la Liga de Campeones del año anterior- se debió a la ausencia del mexicano Rafael Márquez, quien ayer lució pletórico en el triunfo culé en Stamford Bridge, no sólo en la zaga, sino en la propia ofensiva, al participar de manera fundamental en los goles de la victoria azulgrana por 2-1.

El Barcelona hizo historia al romper la condición de invicto del conjunto inglés en su estadio, donde no perdía desde hacía 49 partidos, precisamente desde que José Mourinho asumió el cargo; el cuadro azul sumaba 38 victorias y 11 empates en competición oficial.

El Barcelona saltó al barro londinense con la convicción de un equipo que se siente poderoso. Frank Rijkaard, su técnico, no inventó nada y puso al equipo que todos esperaban, con Rafael Márquez en la defensa y con el tridente ofensivo compuesto por Ronaldinho, Samuel Eto´o y Leo Messi.

El conjunto español se adueñó de la pelota desde el primer minuto y supo adaptarse muy bien a las severas condiciones del césped y, aunque con dificultades, logró desplazar el balón con corrección, si bien la precisión se hacía imposible.

A los 37 minutos se produjo la jugada que cambió el signo del partido. Messi ya había alterado el ánimo de Asier del Horno con su diabólico juego de cintura y en una jugada confusa el lateral del Chelsea entró muy fuerte y golpeó al argentino. El árbitro, Terje Hauge expulsó directamente a Del Horno ante la incredulidad de la hinchada inglesa.

Pero el comienzo de la segunda mitad descubrió un panorama muy diferente. Drogba entró en el campo y el Chelsea marcó a balón parado, según parecía escrito, y lo hizo con un enorme regalo de la zaga azulgrana. A los 58 minutos, Lampard lanzó una falta desde un costado y Víctor Valdés erró en su salida. Motta estuvo blandísimo ante el acoso de John Terry y se metió el gol en propia puerta.

El Barcelona se sintió herido y el Chelsea empujó. Pero Rijkaard reaccionó desde el banquillo azulgrana y mandó un mensaje decisivo al quitar del campo a Motta y al meter a Henrik Larsson; además, fue cuando apareció el aporte ofensivo de Márquez.

Y a los 71 minutos llegó el empate, en otra jugada con parecidos parámetros que los comprobados en el gol inglés. Ronaldinho sacó una falta con mucho efecto, Terry peinó hacia su propia portería -gracias al acoso de Márquez- y el balón entró por la escuadra, lo que dio paso al eufórico festejo del ex atlista con Ronaldinho.

Ocho minutos después, el propio brasileño puso un balón al espacio abierto y llegó Larsson para ceder atrás a Rafael Márquez, quien -de zurda- puso de manifiesto su clase para servir un balón medido hacia la cabeza de Eto´o, quien remató con el alma. El camerunés se volvió loco y gritó a todo pulmón el gol que le dio el triunfo y una gran ventaja en la eliminatoria a los culés.