aviso-oportuno.com.mx

Suscríbase por internet o llame al 5237-0800




Daniel Baldi, un futbolista de novela y cuento

Francisco Ortiz Velázquez| El Universal
Domingo 16 de febrero de 2003
El uruguayo es también escritor; ha ganado dos premios

Serpentea con la prosa como en la banda derecha cuando conduce, elegante, el balón; su gambeta es también fina con la pluma y zigzaguea entre la novela y el cuento.

Daniel Baldi da un sorbo a su inseparable mate; suda bajo el intenso sol que cae en La Noria, aunque aquí las canchas del Cruz Azul no deparan ninguna playa como las de Punta del Este.

Respira fuerte, sonríe. Y narra su aventura como autor, que combina con la de futbolista. Lleva ya publicados dos cuentos, Aquel Verano y Con una sonrisa en el rostro que le hicieron merecedor de un par de premios hace tres años, por parte de la Sociedad Argentina de Escritores.

Es uruguayo, nacido en Colonia, y hace un mes vino a la Máquina Celeste como refuerzo ofensivo.

Escribe ya --en nuestro país-- su tercer libro y sueña algún día con publicar toda su obra, que actualmente es de unos 13 cuentos y dos novelas.

Curiosamente, el futbol queda fuera de sus temáticas, que se centran en los sueños y pesadillas de la condición humana y en la fuerza de la voluntad.

Sus autores preferidos: Stephen King y, claro, su compatriota Eduardo Galeano, también virtuoso del balompié escrito (El Futbol a Sol y Sombra , 1995). Y John Saul, otro "novelista del terror".

Todo comenzó tan fácilmente como mover el balón, desde los cuatro años.

"Simplemente desde chico me gustó leer y un día dije, ¿por qué no escribir también".

Y lo hizo. Y afirma que para él es ideal combinar el balompié con literatura "pues tiempo me sobra".

Es, Daniel Baldi: El novelista , como lo llaman los periodistas de su país...



Sus goles de tinta y papel

Llegó hace unas semanas a México como refuerzo para el Cruz Azul.

El uruguayo Daniel Baldi no ha anotado todavía un gol en el torneo de Clausura 2003. Franco. Tiene apenas 97 minutos en tres encuentros, aunque lucha fuerte por ganarse el puesto titular. Lo que no pierde es la sonrisa.

Y los rescoldos de las horas entre los entrenamientos y la soledad de su habitación los aprovecha lo mejor que puede: escribiendo.

Para él todo ha sido tan sencillo como mover un balón y meterlo en la portería. "Simplemente de chico me gustó leer, siempre estoy leyendo libros y un día dije "¿por qué no también escribirlos"; así es que comencé a escribir, por hobbie .

Y ya tiene la doble satisfacción del autor literario: ver publicado un trabajo y recibir un premio.

"Por ahí algunos de mis cuentos gustaron, fueron premiados en algunos concursos y creo que eso me sirvió de incentivo para continuar.

Esos cuentos fueron Aquel Verano y Con una sonrisa en el Rostro . El primero trata "de la problemática de las drogas y del Sida en la adolescencia". El segundo texto es diferente: "Es de un escritor que no había publicado ninguna de sus novelas por ciertos prejuicios que tenían las editoriales. Entonces llega a hacer cosas al límite para que le impriman los libros. Es un cuento que me gusta mucho...".



En el resquicio del tiempo

El uruguayo, quien antes de llegar a México era codiciado por el Peñarol de Montevideo, donde antes militó, comenzó a escribir en 1999. Y su obra crece en cada concentración, en cada resquicio de tiempo e inspiración que tiene entre la cancha, el balón y la pluma. "Tengo varios cuentos más, tal vez unos diez u once, pero lo que más me gusta son las novelas. He escrito dos y espero algún día publicarlas".

Los premios que ganó por sus dos cuentos fueron otorgados por la Sociedad Argentina de Escritores en 2000. "Les mandé Aquel Verano y fue premiado entre los diez mejores. Lo mismo pasó Con una sonrisa en el rostro .

Y ya comenzó su tercera novela, aquí en México: "Espero tenerla lista muy pronto. Me encantaría publicar aquí y que alguna editorial se interesara en mis manuscritos".

Sus temáticas son simples: "Las problemáticas de la vida que se dan con el convivir y sobre todo la fuerza humana que es capaz de sobreponerse a un montón de barreras".

Como su novela La Montaña Lanfar , que trata de un grupo de escaladores que no puede vencer una montaña. De pronto, el padre de uno de ellos fallece entre los riscos, pero todos siguen adelante para honrarlo "porque muere haciendo lo que le gustaba y se va con gloria. En los deportes extremos como el montañismo o la Fórmula Uno, se arriesga la vida constantemente y cuando alguien muere lo hace practicando lo que le gusta".

Pero, curiosamente, el futbol ha quedado fuera de sus temáticas. Y lo estará, "pues no creo que haga nada específicamente con ese tema".

Y desde la ventanilla de la camioneta Durango en la que su compañero Pablo Galdames lo lleva de "raid" al hotel, analiza ya la realidad mexicana con sus sueños y pesadillas. Acaso más que por los goles se embelesa en comprender pronto a nuestro país para escribir un cuento o una novela con el rigor del ojo extranjero. Como lo hicieron William H. Prescott, John Reed, Bruno Traven o Alan Riding.

"Todavía no conozco a fondo la realidad mexicana; no sabría desarrollarla bien. Tal vez con el correr del tiempo llegará la oportunidad. Por eso ya quiero comenzar a introducirme más en el tema histórico de la ciudad y leer a algunos escritores de aquí. He leído a alguno, pero no conozco a nadie en especial y quiero interiorizarme más en esto".



?Dejad que los niños...?



El pequeño pueblo Port Arbello se ha estremecido recientemente con los ataques y desaparición de niños en un sitio llamado Punta Conger. Ese lugar pertenece a una de las familias más ricas y antiguas de la región. Y al parecer todo proviene de cierto rumor en torno a una maldición que pesa sobre la estirpe y que tiene relación con los acontecimientos que hace 100 años ocurrieron en la residencia de los Conger. Es por eso que los actuales moradores tendrán que resolver el misterio acerca de la aterradora leyenda.

Daniel, entusiasmado, devora diariamente cuantas páginas puede de ese regordete libro de más de 400 páginas que casi siempre lleva a todos lados. Ese texto, Dejad que los Niños , y su balón parecen inseparables de su existencia, de apenas 10 años.

Recuerda el hoy delantero del Cruz Azul: "Es fue el primer libro que leí. Una novela del norteamericano John Saul. Lo recuerdo porque me lo recomendó un amigo mío mayor que yo, Pablo Shmukler, argentino; aún nos une una estrecha amistad y él es licenciado en Letras. Tenía 16 años y yo apenas 10. Le había gustado mucho y entonces le dije a mi mamá que me lo comprara. Y demoré casi todo ese año leyéndolo, pero lo terminé. Y cuando lo hice me sentí como si hubiera ganado un Mundial de futbol, una gran emoción por haber leído un libro tan grande a los 10 años".

El género de fantasías y misterio lo atrapó.

Ahí comencé. Leí a Stephen King y a otros como Howard Phillips Lovecraft. Siempre me gustó ese género aunque estoy abierto a otros. Y qué decir de un escritor paisano mío, Eduardo Galeano, me encanta.

De autores latinoamericanos no ha leído mucho, "lamentablemente conozco más a los anglosajones, pero sin duda tenemos a grandes como Galeano, Quiroga y Eduardo Mateos, escritores que me han gustado mucho".

Pero su pasión es el autor de novelas que han sido llevadas al cine como Carrie y El Resplandor : Stephen King, nativo de Portland, Maine.

"Él es mi favorito y también Edgar Allan Poe, que me parece de una calidad inigualable y aunque no escribo género de terror, me apasiona leerlo", señala el jugador y escritor de 21 años.



Con una sonrisa

Daniel Baldi nació en Colonia, Uruguay y comenzó a jugar futbol desde los cinco años pues "hasta hoy el futbol ha sido mi pasión junto con las letras".

Su padre, David Baldi, fue banquero y ahora jubilado. Liliana Alfano, su madre, toda su vida fue profesora. "Ellos influyeron para que me haya gustado tanto la literatura, pero más aquel amigo que me recomendó mi primer libro".

Para él no hay mayor problema en ser escritor y futbolista, actividades que no se oponen sino se complementan. "Siempre me preguntan cómo complemento ambas facetas. Yo digo que se pueden hacer las dos cosas: juego al futbol y como tengo parte del día libre lo aprovecho escribiendo. Ojalá y mañana sea escritor cuando deje el deporte. Nunca tuve la disyuntiva de ser futbolista o escritor porque hasta ahora uno en nada ha interferido con lo otro".



comentarios
0