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El hijo perdido de Kid Azteca

Francisco Ortiz Velázquez y Guillermo Jiménez| El Universal
Sábado 16 de marzo de 2002
En un puesto de chácharas de la colonia Guerrero, aquel hombre guarda religiosamente un par de ajados, añejos guantes que, dice, son de su padre, un famoso boxeador que un día lo corrió de su lado

Colonia Guerrero. Mediodía de bochorno intenso y destinos perdidos entre la muchedumbre que se arremolina en torno al centenario mercado Martínez de la Torre.

A un costado de la vieja iglesia del mismo nombre, de torres cónicas que apuntan al cielo, manchadas por el tiempo y el olvido, se extiende aquella barda larga, extenuante, casi calcinada por el sol. Una tortuosa cuadra que lleva hacia la avenida Guerrero y en cuyo recorrido surgen, como oasis, tentación, reto a la gula, a la compulsión por comprar alguna cháchara inservible, objeto de curiosidad y fetichismo, esos puestos ambulantes donde se suelen hallar cosas asombrosas.

En uno de esas covachas de lona, palos y costales de fibra sintética Manuel ¿Villanueva?, arrugas, lentes oscuros, pelo chino, ensortijado, ojillos oblicuos, edad que se calcula en 60 años, hace muecas, habla en voz baja con un hombre cincuentón. Le extiende dos billetes de doscientos pesos y le compra un celular de dudosa procedencia.

Se acercan dos posibles clientes que se inclinan para ver mejor los títulos de los discos compactos "piratas". Entre fierros viejos y celulares destartalados llaman la atención aquellos ajados guantes de boxeo casi informes, más bien pedazos de cuero mugrosos, ennegrecidos, polvosos, que alguna vez fueron color beige; ojales rotos, empuñadura rasgada.

¿Y esos cuánto cuestan? ¿No mi joven, esos guantes no los vendo...

¿Por qué?

Manuel apaga la voz, le cuesta trabajo responder.

---Porque... eran de mi padre...

--¿Y quien es su padre?

No puede evitar hablar con cierta tristeza, sus ojos enrojecen: --Pues Kid Azteca...



***

Manuel, de gran parecido con el ex campeón mundial welter, enjuga aquello que intentó escaparse como una lágrima. Se coloca de nuevo los lentes oscuros desde los que ve transcurrir la vida en su puesto de chácharas cerca de la esquina del Eje uno norte, Mosqueta, y Héroes.

Uno de los clientes indaga: Y, ¿usted vive con él?

Contesta en tono molesto: No, porque él me corrió cuando yo era un adolescente, porque yo le hacía mucho a la mariguana y me gustaba andar de cabrón... Pero ¿sabe?, eso no les interesa. Kid Azteca me desconoció como su hijo y ustedes mejor díganme para qué soy bueno ¿Quieren alguna otra cosa?

La insistencia lo molesta cada vez más.

No se metan en mi vida, ¿quienes son ustedes?.

Rechaza fotografías, entrevistas.

Si me buscan, aquí no fue, todo vuela... ¿que más quieren?

¿Y nunca jamás ha visto a su padre?

No se ni me interesa... Ahorita yo estoy trabajando y si me pongo a dar más explicaciones pierdo el tiempo.

La ausencia de palabras es rota por el fuerte, intenso rugir de vehículos. Manuel se desespera.

¿Ya me vieron bien?. Están desde hace rato ahí. Ya les dije que esos guantes no se venden. ¿Qué es lo que quieren?

Entonces usted dice que es hijo del Kid Azteca ¿Y qué es lo que quieren?

Su historia...

Yo estoy trabajando, no quiero perder el tiempo. Eso no les interesa. No puedo darles nada de barbas. ¿Me van a pagar por darles la explicación? No les alcanza con lo que traen en la bolsa... No tengo tiempo de estar platicando mi vida.

¿Sabía que Kid Azteca está agonizando?

Manuel se cimbra, agacha la cabeza visiblemente turbado.

Eso no me interesa mi buen... A mí me interesa mi vida. Mejor lléguenle, me ponen de malas. No mamen. Si me caliento les aviento a dos tres güeyes de aquí del barrio, quihubole...

Y amenaza con agredir, parece ponerse en guardia.

--¡Váyanse, no vengan a chingar...!

Vecinos suyos de otros puestos de baratijas, lo señalan como una persona taciturna, reservada, que nunca quiere hablar de su familia y que es muy agresivo "porque es mariguano y conejo ".



***

Doña Margarita Varela, vecina de la colonia Guerrero, 84 años de edad, señala que es muy posible que Kid Azteca hubiera dejado uno o varios hijos "regados", sin reconocer o sin saber "ya que él y otros boxeadores venían a salones de baile y frecuentaban los prostíbulos que abundaban por aquí... Entonces había mucha prostitución".

Añade: La colonia Guerrero era el paraíso terrenal para actores, políticos y deportistas que buscaban derrochar el dinero y la fama en los cabarets y piqueras como el Jardín , El Olímpico , don Abundio y La Unión de los Amigos , donde, los boxeadores sobresalían por ser mujeriegos y parranderos.... Era común encontrarse a infinidad de boxeadores, nombres no recuerdo muy bien pero sus rostros, ¿cómo olvidarlos?, sobre todo el de Kid Azteca , que era el más famoso, todo mundo hablaba de él en la colonia, aunque nunca lo vi boxear...

El octogenario Ángel Solís Acuña, nativo de estos rumbos, es citado por la historiadora Guadalupe Bobadilla Paniagua en "Un barrio centenario de verdad: colonia Guerrero", de Edgar Tavares López, del Consejo de la crónica de la ciudad de México. Afirma: "La colonia Guerrero dio muchos boxeadores, entre ellos el Ratón Macías, el Chango Casanova, Ricardo Manzanillo... porque estaba el gimnasio Islas en la calle de Arteaga. También venía a entrenar aquí Kid Azteca . Su reunión de todos esos boxeadores era ahí en Estrella y Guerrero, eran unos billares, se juntaban todos a jugar. Eran muy amigables, les gustaba mucho jugar al dado y a mí de sobrenombre me decían el Chiquilín y luego el Charrito "...

... Había un salón de baile aquí en Constancia que se llamaba La Toria , ahí íbamos a bailar; el dueño era el señor Nieto, que en paz descanse, compró aquí en Lerdo el salón Los Ángeles y fuimos padrinos de inauguración... Vinieron varios, la orquesta de Adolfo Girón, el Escuadrón del Ritmo ; había muchas orquestas muy buenas... El baile de moda en aquel tiempo era el swing, el blues y el danzón. Estaban también el salón Esmirna , el Dominó , aquí en Lerdo y Camelia y el Salón México que estaba ahí en la Santa Veracruz.



***

Luis Villanueva Páramo Kid Azteca nunca fue alcohólico, pero sí tuvo fama de mujeriego y de gran bailarín. Se dice que una famosa rumbera lo inspiró para perfeccionar su letal gancho al hígado.

El admitía que a veces iba a festejar sus victorias a algún cabaret: Estaban de moda por aquellos días cuando yo era campeón el Waikikí , el Río Rosa , el Minuet o el Saint Souci . Pero yo nomás iba a bailar porque jamás me gustó el trago sino una o dos copitas cuando mucho...

¿Enamorado?

¡Qué va! Eso decía la gente pero lo hacía nomás por hablar. Es cierto, tuve muchas amiguitas pero eran sólo eso, amiguitas para bailar y platicar un rato con ellas... Sobre el hecho de no haber tenido hijos explicaba que nunca se casó: Primero me dediqué en cuerpo y alma al boxeo. Luego, cuando me retiré, no hubo manera de hacerlo y ni modo. Y finalmente, porque poco a poco fui haciéndome viejo y cuando me di cuenta, el tiempo ya había pasado y era momento de pensar en otras cosas y no en un matrimonio... Yo tuve mucho dinero viví bien, tuve muchas amigas y mucha familia, aunque nunca tuve hijos. Si, me gustaba el baile, el danzón, ir al cabaret a ver la variedad, pero nada de amores. Por eso no me casé ni tuve hijos. Fueron amistades a la ligera. Esos amores deben andar por ahí con sus maridos...



***

En el hospital Juárez, donde Luis Villanueva Páramo sostiene su último combate, con la muerte, su eterno amigo y compañero, Carlos Montes --casi 60 años de amistad con el ex boxeador-- desmiente que Kid tenga descendencia: Esas son mentiras, él nunca tuvo un hijo, si no, yo lo sabría. El no podía tener hijos... Tuvo la mala suerte, como las mujeres. Diosito no le pudo dar todo: fama, dinero, ser triunfador. Y no le dio hijos. Que no le inventen cosas. El que diga que es su hijo es un impostor. Y, si no, que enseñe el acta del registro civil...



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