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Alegría al correr tras el balón

Daniel Blancas Madrigal y Agustín García/Enviado y corresponsal| El Universal
Miércoles 11 de abril de 2001
Alegra al correr tras el baln

. (Foto: )

por ciento s de la seccion por ciento s con fecha de liberacion por ciento s encuentra el formato de lugar o ciudad adecuadoEn sus andares por el deporte, practicó futbol americano, natación y tenis, pero el futbol "fue mi primer deporte, será el último". Pretende el título veraniego con los Rayados. "Si un equipo ofrece más lana, ni modo, me voy", les ha dicho a sus padres

MONTERREY. Es una casa donde predomina la oscuridad. No se han abierto aún ventanas ni cortinas en el hogar de Antonio de Nigris. De la intensa luz a la sombra, es apenas perceptible la huida del jugador hacia la cocina: después del entrenamiento, lo que sea: fruta, leche, un poco de pollo... Rápido. También aquí se puede acelerar. Y sonreír. Lo hace él, tercero de cuatro hermanos.

Mi especialidad son los huevos quemados dice el atacante tras su efímera visita al refrigerador.

Y nacen las risas.

Toda la familia en descanso.

Sentado sobre el sofá, junto a sus pequeños sobrinos Alex y Aldo, Antonio viaja al pasado. Su vez primera frente a un campo de futbol, el de Las Torres.

Tenía sólo seis años cuando su padre lo llevo a "cascarear". Don Alfonso era zaguero central de un equipo amateur.

Cómo cabeceaba recuerda Toño. No era muy alto, pero iba a todos los balones, no dejaba pasar ninguno por arriba. Fue eso lo que más se me grabó: los despejes con la cabeza. También solía ser agresivo. ¿Ídolo de tu niñez?

Es que desde entonces se me volteaban los ojos a la ofensiva. Había un delantero muy bueno al que le decían "La hormiga": hábil, caracolero, veloz, goleador. Se me hace que era más ídolo que papá. Nunca se ha borrado su imagen de mi mente.

Comenzó el niño a jugar con el balón, algunas veces junto a la "La Hormiga" que idolatraba; otras al lado del hombre cabeceador que le decía: "Haz deporte, no importa cuál".

Y navegó Antonio de aquí para allá en el club del Lago, al que lo inscribieron sus padres.

Del esférico al ovoide. Del césped al agua.

De los "tacos" a la raqueta.

Practicó futbol americano, natación y tenis, disciplina en la que incluso representó a México en un torneo juvenil en Estados Unidos. Fue además monarca nacional en la categoría de 12 años.

Cuenta: Pude ser bicampeón, pero en semifinales de 14 años, me enojé con el juez por una acción polémica. Aventé la raqueta y me expulsó. En el tenis aprendí que un deportista debe ser disciplinado, aunque a veces me cuesta mucho trabajo cumplirlo.

En los emparrillados fue corredor.

Sólo estuve una temporada. Luego me fastidié. Salía todo golpeado de los partidos.

¿Qué aprendiste del "tocho"?, ¿te ha servido algo para el balompié?

Quizás de ahí tomé la agresividad, la fuerza.

Su madre, doña Leticia, tiene otra historia: Dejó el Americano porque había mejores jugadores que él. Y a Toño siempre le gusta destacar, ser el mejor y el primero. Si hay otros arriba de él, prefiere dar marcha atrás. Y regresó al soccer...

Me iba bien raqueteando, pero sentía un vacío que sólo el futbol ha llenado. Fue mi primer deporte, será el último, por la alegría que siento al correr tras la pelota. ¿A quién le pagan por disfrutar del placer?

Un día llegó a jugar a la Universidad Regiomontana (UR a nivel bachillerato), un equipo de futbol de la localidad regiomontana de Villa de Santiago.

De Nigris esperó el momento preciso para atacar: Invítenme, ¿no? le dijo a Jorge Trevillo, capitán de la escuadra visitante y quien al paso del tiempo se ha convertido en uno de sus mejores amigos.

Va. Te esperamos el domingo allá en la cancha de Villa.

Acudió a la cita. Y ya como integrante de los llamados "Toros" deshizo las porterías rivales en la liga local.

Metía las pelotas de forma impresionante rememora Jorge. Cuando lo vi jugar supe que llegaría lejos. Era muy bueno con las piernas, no sé porque ahora se ve medio tronco.

¿Tronco?

De aquella época su hermano Aldo también revive algunos pasajes: Ahí, en Toros, comenzó a enseñar su definición y carácter. Técnicamente tenía, sigue teniendo lo suyo, pero ¿con la cabeza? Nunca la utilizaba. Sorprende lo que hace ahora.

Animado por el entrenador de la escuadra amateur, Jorge Trevillo padre, Toño probó suerte en los Tigres de Segunda División.

Desde chavo fui aficionado de los Rayados, aunque si en los felinos me hubieran dado la oportunidad, tal vez en este momento disfrutaría defender sus colores. Uno debe ver las cosas como profesional y guardar los sentimientos. Tigres me abrió la puerta una vez, jamás lo volvió a hacer. Tuvo problemas con el entrenador y dijo adiós a los universitarios.

"Tal vez para siempre".

¿Por qué no vamos a probarnos a Necaxa? le sugirió Jorge.

¿Tú crees?

Puede.

Los apoyaba un promotor de apellido Caballero.

Ándale mamá, déjame ir insistía el joven que recién había terminado su preparatoria.

Aceptó doña Leticia: Nomás le di permiso por la ilusión que reflejaban sus ojos. Él me decía: "Yo sé que ahí me van a subir en un tris. Ándale, no seas mala".

Partieron los camaradas rumbo a México. Sólo uno se quedó. ¿Quién? Sí, "el de la greña".

Pero nada pasó en el Cuautitlán de Segunda División: abandono, indiferencia...

A De Nigris se le recuerda más ahí por haber vencido en un juego de tenis al hombre que cuidaba las instalaciones del club necaxista y que se decía invencible en el deporte blanco.

No era tan bueno como presumía. Les había ganado a todos los demás, porque el nivel en general no era de excelencia. Pero yo le di una arrastrada.

¿Por qué te regresaste a Monterrey?

No fue por problemas con los técnicos, sino por falta de oportunidades. No había chance ni futuro. Además vendieron su equipo de Primera "A" y dije: "volver a jalar en Segunda, no". Saben qué: hay se ven. Una temporada como rayo. Sólo dos goles.

Ya de regreso en su ciudad natal, supo de la posibilidad de jugar en el Saltillo (Primera "A"). No lo pensó dos veces: descuidó la escuela; huyó, qué suerte, de una novia que lo había "cortado".

"Maté dos pájaros de un tiro".

La fortuna, sin embargo, siguió dando espaldarazos. ¿Su destino? La banca. No confiaba en él Francisco Avilán, el estratega, pese a que sus compañeros lo llamaban el "nuevo Ariel Graziani"...

Olvido. Hasta que lo vio, bajo un cielo nublado como el de hoy, Benito Floro.

A este muchacho hay que ponerlo a jugar, pruébelo pidió el técnico español a Pancho Avilán.

Y empezó el atacante a iniciar los partidos, a tambalear la red. Siete goles en la recta final. Siempre había un espectador en las gradas que seguía su accionar: Floro.

Un mes después de aquella primera visita, nuevamente el entrenador ibérico asistió a la práctica del Saltillo. Se acercó a él y le dijo: Te vas a quedar en el primer equipo.

¡Yuuuuupiiii! Acariciaba la oportunidad otras veces negada.

Pero al llegar a casa sólo dijo, casi sin emoción: "Me quieren los Rayados". Y corrió a su habitación a escuchar canciones del grupo "Pesado".

No le gusta contar las cosas, por miedo a que sus ilusiones no se hagan realidad aclara su madre.

Antonio debutó en el máximo circuito el 6 de febrero del año pasado, en la fecha 4 del Verano 2000 (jugó los últimos 17 minutos), aunque logró la continuidad a partir del Invierno siguiente.

El señor Floro me descubrió. Sabe de qué se trata el negocio; es colmilludo a la hora de manejar a los futbolistas. Por algo ha dirigido en Europa, por algo estuvo en el Real Madrid. Yo lo aprovecharé al máximo mientras esté en Monterrey: platico con él, le pido consejos. Siempre habla de frente, baja a uno de las nubes. Me agrada pedirle ayuda, porque sé que desea convertirme en un triunfador.

Tras anotar once goles en su primera campaña, la oferta económica del club regiomontano ascendió de 8 mil a 20 mil pesos mensuales. De nuevo Benito Floro abogó por él. Actualmente De Nigris gana 5 mil dólares al mes y estudia a la par el quinto semestre de la licenciatura en Administración de Empresas en la UR.

Estoy en chinga con los exámenes finales. Soy buen estudiante, pero los maestros me traen en friega, principalmente la de derecho. Por eso tengo un plan de estudios de sólo cuatro materias. No me da tiempo para más. Con el futbol y la escuela a cualquiera se le quita lo fiestero dice.

Difícil que un futbolista logre combinar las dos actividades.

Sí, pero quiero estar bien preparado en el aspecto académico, no sólo depender de un balón. Triunfar en dos facetas no es imposible. Hoy es mejor estudiar, porque mañana quién sabe dónde estaré.

Si tuvieras que elegir un camino...

Mil veces me iría por el futbol. Por encima de todo están las patadas y los goles.

El hombre "apresurado" respira profundo. Ahí, sentado en el sofá donde los sobrinos juguetean y tímidamente reciben los flashazos. Se han acostumbrado ya los ojos a la obscuridad. Lo mismo se ven fotografías del ayer que revistas de futbol sobre la mesa, trofeos empolvados y "ositos" que se pierden entre el desorden de una repisa.

Es aquí, en el número 3713 de la calle Paseo de las Palmas, donde Antonio suele compartir soledad con la video. Una, dos, tres películas en los días de asueto. Y de repente, a saborear los huevos quemados.

Lo ha abandonado ya la idea de irse del hogar, comprar una casa y vivir como un "soltero asediado por las mujeres".

Si se va, se echará a perder advierte la señora Leticia.

Aldo, su hermano menor, ha optado por seguir sus pasos: juega en el Gavilanes de Tercera División y en la temporada que concluyó hace unos días hizo 32 goles en 35 partidos: Tal vez será un mejor jugador que Antonio predice Jorge, comparsa de ambos.

¿Tú tienes también hormigas que admirar? pregunta el reportero a Aldo.

No... Mi ídolo es Toño, y ojalá pronto logre imitar su ejemplo. Sería algo bonito que algún día pudiéramos jugar juntos en un mismo equipo.

¿Qué es lo que más te fascina de tu hermano como futbolista?

Que se muere en la cancha.

No güey interrumpe Antonio, que se resiste a ser atrapado por la red de ternura que le han tendido sus sobrinos. Es que pienso que cada partido es el último de mi vida. Dios no lo quiera, pero cualquier día me puedo despedir. Podría cambiar muchas cosas, pero jamás mi actitud. Uno no sabe lo que pasará mañana. Hay que vivir el momento.

Huele a final.

El jugador revive todas sus facetas...

La de quien no quiere volar: Tengo infinidad de carencias, me falta mucho por aprender.

La del hombre amigable, que minutos después de conocerte te confunde con los perros: Todos mis compañeros en el futbol son mis amigos; les tengo confianza y daría lo que fuera por ellos. En el vestidor me refugio en ellos.

Y se sube nuevamente al tren de la imaginación. El primer vagón lo lleva a conseguir el título veraniego con los Rayados.

El segundo a igualar los triunfos en el futbol mexicano de Carlos Hermosillo, a quien admiró desde niño.

Y sobre todo, del argentino Gabriel Batistuta: Me identifico con "Batigol". ¿Has visto su potencia? Cuando mete un gol le da con todo a la bola. No es de los que tocan, sino de los que matan.

Se estaciona el ferrocarril en un rincón de los sueños: Jugar en Italia y España es algo que está ahí, guardado en una parte del pensamiento. Después de anotarle a Brasil se dijo que algunos clubes europeos me buscaban, que estaban al acecho los promotores, pero hoy sólo quiero estar contento conmigo mismo.

En casa sus padres revelan que el hijo les ha dicho: "si un equipo ofrece más lana, ni modo, me voy".

Pero los directivos rayados no alimentan el viaje. Hablan con su madre sólo para decirle: "Regañe al muchacho: le sacan tarjetas sólo por reclamar. Dígale que se tranquilice".

Antonio no jugará la siguiente jornada con el Monterrey: acumuló cinco cartones amarillos.

Sí estará hoy ante Chile. Olvidará hamburguesas, peluches, música norteña, novias y corazones valientes.

En el césped, al fin, se concentrará...



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