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De Nigris entre lo real y lo imaginario

Daniel Blancas y Agustín García./Enviado y corresponsal| El Universal
Martes 10 de abril de 2001
De Nigris entre lo real y lo imaginario

. (Foto: JORGE SERRATOS/El Universal )




?... Y el corazón se me quiere salir?

Daniel Blancas y Agustín García.

Enviado y corresponsal (Primera de dos partes).

MONTERREY. Hace poco más de un año a Antonio de Nigris casi nadie lo conocía. La fortuna, acepta, lo ha "consentido": goles en el campeonato mexicano, elogios, convocatorias a la selección nacional, sacudidas a la red que provocan sobresaltos.

-Con el gol ante Brasil borré muchas dudas, incluso mías. Ahí nací para los aficionados de otros equipos, para los mexicanos a quienes les gusta el futbol. Lo veo en el video y el corazón se me quiere salir, se me mueve el gusanito... Como que no me la creía cuando me llamaron por primera vez. Ha sido tan rápido que...

Encoge los hombros y calla, como si en el pensamiento no encontrara la razón de su súbito ascenso.



?No deseo volar aún?



Habla de todo y de nada. Con el gol ante Brasil borré muchas dudas, incluso las mías. Ahí nací para los aficionados de otros equipos, para los mexicanos que les gusta el futbol. Su mundo: Sonia -su novia-, hamburguesas gigantes, música norteña, goles, velocidad, amigos, discos compactos, bodas, exámenes finales, ositos, películas...



La manecilla se mueve otra vez: 80, 100, 120, 130 kilómetros por hora... Antonio de Nigris ve de reojo el velocímetro y vuelve a pisar el acelerador mientras sube el volumen de la música norteña. Se encierra bajo la sombra de sus lentes oscuros y entonces comienza el vuelo: está físicamente aquí, en su Jeep que se desplaza por la Carretera Nacional, pero también en el campo de juego, en la escuela, en casa, bailando en un festín o comiendo una hamburguesa junto a Sonia, su novia. Difícil que este hombre se concentre, al menos fuera de la cancha. Habla de todo y de nada. Desvaría. "Soy un hombre que vive cada minuto como si fuera el último de mi vida", dice a los reporteros que lo acompañan en la veloz travesía. Al de la grabadora más tarde llamará "perro" y al de la cámara fotográfica "guey". ¿Por qué? Simple costumbre o camaradería exprés. "A mí gusta hacer amigos rápido, a la de ya", dice.

El primero de abril cumplió 23 años. El futbol nada le obsequió ese día: el equipo Monterrey no sólo perdió 1-0 con Necaxa en el estadio Azteca, sino también el liderato de la tabla general. "Celebré con una derrota", recuerda el delantero. Pero al regresar al hogar una fiesta sorpresa le esperaba: pastel de durazno, abrazos, besos... Fue hasta el sábado 7 cuando llegó el regalo: dos goles contra el Atlas en el estadio Jalisco, el octavo y noveno en su cuenta personal durante este torneo de Verano.

Y hoy volvió el recuerdo del cumpleaños. Al final del entrenamiento una de sus fans le regaló un pequeño oso de peluche.

-¿Es para mí? -preguntó el atacante con asombro.

-Sí, por tus goles; por ser mi ídolo -respondió la dama, integrante de la porra rayada "Adición".

Es el oso que en este momento trastabillea sobre el tablero de la camioneta en la que Antonio suele jugar con la imaginación y, a veces, también temer: -Que esté ahí sólo un ratito, porque si Sonia lo ve, la que se me arma.

-¿Nada estable?

-Hasta ahorita bien. No sé después, no sé lo que pase en la siguiente llamada telefónica.

Nuevamente sume el acelerador, tararea las canciones gruperas que nada dejan escuchar. Y habla de todo, de nada. -¿Qué onda guey?

-¿Qué onda perro?...



* * *

Hace poco más de un año a De Nigris casi nadie lo conocía. La fortuna, acepta, lo ha "consentido": goles en el campeonato mexicano, elogios en todos lados, convocatorias a la selección nacional, sacudidas a la red que le provocan sobresaltos.

-Con el gol ante Brasil borré muchas dudas, incluso las mías. Ahí nací para los aficionados de otros equipos, para los mexicanos que les gusta el futbol. Veo la jugada en vídeo y el corazón se me quiere salir, se me mueve el gusanito, pero no voy a estar viviendo del recuerdo de aquella noche.

Será Antonio la figura a seguir en el partido amistoso de mañana entre las selecciones de México y Chile, a jugarse en el estadio Tecnológico de la capital regiomontana. Estará en casa.

Apenas su tercera convocatoria al Tricolor.

-Como que no me la creía cuando me llamaron por primera vez. Que me doy un pellizco. Ha sido todo tan rápido que...

Encoge los hombros y calla como si en el pensamiento no encontrará la razón del súbito ascenso.

-Tal vez suerte -expresa resignado.

-Se cuestionó mucho tu llamado...

-¿A poco? Ni me di cuenta. Siempre existirán comparsas y enemigos. Por algo el futbol es pasión. Yo sólo sé que han crecido mis responsabilidades. Ahora se trata de mantener mi nivel en cada partido, de lucir.

Aquella primera vez llegó a la concentración del Tri "sin miedos". No hubo ninguna explicación del técnico Enrique Meza, quien sólo le dijo: "Bienvenido".

-Estaba ya junto a algunos de los futbolistas que había admirado desde mi niñez, pero no se me cayeron los pantalones. Los De Nigris somos hombres de carácter y personalidad.

-Llegaste con menos de dos minitorneos en Primera División. ¿Qué tal el recibimiento de Borgetti? Has dejado fuera a Luis Hernández...

-Todos los seleccionados son mis amigos. A veces me refugio más en Claudio Suárez o Germán Villa, pero con los demás no existe ningún problema. No hay rivalidades. Meza me tuvo la confianza y busco aprovecharla. No le voy a fallar. Casi no he platicado con el entrenador. No sé si deba hacerlo, o simplemente hablar en la cancha.

En menos de dos temporadas cortas Antonio ha realizado 20 goles. Y es ya personaje asediado en los entrenamientos de la Pandilla. Las chicas presumen fotos junto a él; los jóvenes tapizan sus cuadernos con imágenes de sus festejos; los niños lo persiguen en busca de un autógrafo, de una sonrisa. Este hombre de pulseras tejidas en las muñecas es el goleador de moda en la ciudad; se combina en él admiración y odio: los seguidores de Tigres, el otro equipo regiomontano, demeritan su accionar. "Será un futbolista pasajero: así como subió se vendrá abajo", asegura un taxista que adorna su vehículo con la bandera felina.

-¿Phsss? -se sorprende Toño al escuchar el comentario-. La gente debe comprender que soy regio y represento al estado. Me deben apoyar.

Admiración y odio... La temporada pasada, en un juego ante Necaxa, falló un tiro penal. Monterrey perdió ante su público, en pleno desplome invernal.

Hasta su casa llegaron fanáticos rayados para protestar: arrojaron piedras, huevos, le gritaron "traidor". Antonio salió enardecido, pero los sujetos habían huido ya. Con la misma velocidad por la que ahora transita sobre la Avenida Garza Sada, aquella vez encendió su camioneta y, junto a su hermano Aldo, fue en busca de los agresores. Sólo alcanzó a uno de ellos, menor de edad, quien después acusaría al espigado delantero de haberle propinado un par de puñetazos: varias piezas dentales salieron volando, la sangre brotó... El chico debió ser intervenido de los labios y hoy el jugador -que niega los hechos- tiene una demanda civil por "lesiones a un menor". El dinero nada ha podido arreglar, pues los padres del muchacho advierten que llegarán hasta las últimas consecuencias.

-Vinieron aquí a causar destrozos. No respetaron ni a mí ni a mi familia y entonces ocurrió eso. En la cancha me pueden decir las groserías que quieran, pero fuera: cuidado. Ya no quiero pensar en ese problema.

¡Sshhh! Opta el personaje de la negra cabellera por pensar en Sonia.

Un instante. Luego el choque de ideas: hamburguesas gigantes, música, goles, velocidad, amigos, discos compactos, bodas, exámenes finales, ositos, películas...

¿Dónde está De Nigris?

-Ir al cine es una de las cosas que más me gusta hacer -dice-. Cuando no puedo asistir a una sala, rento un par de películas y listo.

-¿De qué tipo? -pregunta el reportero.

-Cualquiera.

-¿También las...

-¿Qué te parece la de "Corazón Valiente"?

-Más o menos.

-¿Como crees? Yo la puedo ver cien veces y siempre me deja algo diferente. Me identifico al cien por ciento con el protagonista (Mel Gibson). Quisiera ser como él, tener el mismo valor para superar momentos difíciles. -¿Tal vez ser el "regiomontano valiente"?

No hay respuesta. Se ha ido otra vez.

Vamos ya por la calzada Constitución. Sube y baja a 130 kilómetros por hora.

-¿Combinas frecuentemente la velocidad con el estéreo a todo volumen?

-Manejo tranquilo, güey.

A los oídos llegan canciones gruperas: Pesado, Intocable, Tigres del Norte, Ramón Ayala... -Está bueno el nuevo compac de Pesado -expresa. -¿Y qué encuentras en la música?

-Me distrae, me relaja y motiva. Las mejores ideas surgen escuchando música.

-¿Cuál ha sido la mejor?

-Pienso positivamente en torno a las cosas que me están pasando en el futbol. Sueño. Me acuerdo mucho de Dios. Suelo asistir a la iglesia todos los domingos, a rezar y pedir ayuda para mantener "los pies en la tierra".

Por fin parece estar aquí. Bajan los decibeles.

-¿Luchas contra los estragos de la fama?

-Mi vida ha tenido un cambio muy repentino, pero mi persona aún mantiene los valores que me enseñó la familia. Aún me falta trabajar mucho, no he hecho nada y tengo que aprovechar este boom. No deseo volar todavía.

Pero vuela.

Y en este silencio fugaz que lo ha atrapado, se agolpan en su pensamiento dos personas.

Una, Benito Floro, el timonel de Rayados.

-Él ha sido la persona más importante de mi carrera futbolística, no sólo porque me dio la oportunidad de debutar en Primera División, sino por sus constantes consejos que me mantienen tranquilo.

La otra, Cervando Cano, representante musical.

-Es también una persona que luchó desde abajo y hoy es un personaje exitoso. No ha cambiado su forma de ser. Me dice que siga trabajando y que pase lo que pase, no se me suban los humos.



* * *

Jeep donde ahora se respira locura. Es turno para Gipsy Kings. Al volante el mismo hombre acelerado e indiferente que sí, se ha ido de nuevo. Voló otra vez. Quizás está desempolvando de su memoria aquel primer ídolo en el futbol. ¿Su padre? No, "una hormiga"...



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