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Puños maternales

Alejandro Rodríguez| El Universal
Sábado 09 de mayo de 2015
Puos maternales

ORGULLO. "La Loba" Muñoz procura pasar el mayor tiempo posible con su pequeño, quien no quiere ser boxeador. (Foto: GERMÁN ESPINOSA / EL UNIVERSAL )

Zulina Muñoz es la orgullosa madre de Dylan, quien es su inspiración para mantenerse como campeona

alejandro.rodriguezd@eluniversal.com.mx

La fiereza que muestra en el boxeo tuvo un momento de pausa. Zulina la ‘Loba’ Muñoz (44-1-2, 27 KO) es madre. Fue una decisión que no dudó desde el instante en que supo que estaba embarazada, hace cinco años.

“Aunque sea boxeadora, una mujer no deja de ser cursi, chillona y demás cosas. Imagínenme a mí embarazada y escribiendo cartitas para mi hijo sin saber si un día las llegaría a leer, pero así de cursi soy”, revela Muñoz, en entrevista con EL UNIVERSAL.

El mismo día en que avisó a sus entrenadores que tomó la decisión de convertirse en mamá, supo que estaba a la puerta de su primera pelea titular en su carrera. La oportunidad que más deseaba en su trayectoria, la de estar a una victoria de ser campeona mundial, tuvo que esperar.

“Ya con mi panza de embarazada me la pasaba viendo el boxeo los sábados y llorando, echando de menos mi deporte. Fueron sentimientos encontrados, porque yo estaba muy contenta de que sería madre. Me emocioné mucho, incluso antes de saber si sería niña o niño”, recuerda.

“En las cartas que le escribía, le decía a Dylan que desde ese momento ya era parte de mi vida. Que yo iba a estar con él, que siempre lo iba a apoyar, que lo amaba, aunque todavía no lo conocía y que sólo esperaba el día en que naciera para tenerlo entre mis brazos”, agrega la boxeadora.

Ahora Dylan se ha vuelto un integrante más de la esquina de Zulina Muñoz. Es común verlo en el gimnasio de entrenamiento, así como en el camino de la boxeadora rumbo al ring. ‘La Loba’ siempre lleva grabado en grande el nombre de su inspiración, su hijo, ya sea a la altura de la cintura en su short o en la parte de enfrente de su top. Ningún patrocinador puede ocupar tanto espacio en su vestimenta como el nombre de Dylan.

“Mi hijo nunca me ha visto perder. Mejor si nunca lo hace. En algunas ocasiones que he salido con la cara muy hinchada se me queda viendo muy asustado y me dice ‘¿mamá, pero qué te pasó?’ Así que trato de prepararme mejor cada día”, relata la mexiquense, quien deja de lado su bravura en el ring y abraza amorosa a su pequeño.

Y es que desde el nacimiento de su varón, Zulina es otra boxeadora. Suma un récord de 24 victorias y un empate. Su físico está más trabajado y es un referente del pugilismo nacional.

“Un hijo es una motivación, te hace dar el extra. Pienso en las cosas que no tuve de niña y yo quiero dárselo todo a mi hijo. Primero busco cumplir con sus necesidades básicas y lo demás ya es ganancia”, resalta.

El día a día es ajetreado para la boxeadora. Temprano alista a su hijo y lo lleva al colegio. Luego entrena y por la tarde tiene sesiones de cámara hiperbárica. Después recoge a su hijo en casa de su mamá, María del Pilar; hacen la tarea, juegan un rato y cenan juntos.

“No ha sido fácil [combinar el boxeo con ser madre], pero gracias a Dios, tengo el apoyo de toda mi familia. En especial la de mi mamá, que me ayuda al cuidado de mi hijo mientras yo estoy entrenando. También tengo el apoyo de mi equipo de trabajo que me permite muchas cosas. Por ejemplo, cuando hay eventos en la escuela de mi hijo, me permiten ir y no perdérmelos”.

Dylan no quiere ser boxeador. Lo suyo, dice, es el futbol. Aunque, por momentos, cambia de parecer. Se venda él solo las manos y le pregunta al entrenador de Zulina, Mauro Ayala, qué ejercicio debe realizar. Luego voltea a ver a su mamá e intercambian una mirada de complicidad.

‘La Loba’ ganó el cetro mundial supermosca del Consejo Mundial de Boxeo (CMB) en 2012. Ahora, siempre que sube al cuadrilátero estalla sus puños en las rivales, los mismos que sin guantes acarician y miman a Dylan.



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