Con la lucha espectacular hay mayor peligro
EL PERRO DEL MAL El Hijo del Perro Aguayo es recordado con cariño . (Foto: Moskabrown )
Video. Fallece Hijo del Perro Aguayo durante función de lucha
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La lucha libre ha evolucionado.
Hoy, el deporte es distinto al de hace dos décadas. Según Daniel López El
Satánico, ahora se exige espectacularidad. Las llaves sobre el ring quedan de
lado. Se piden lances acrobáticos que exponen la vida de los atletas. Por eso,
levanta la voz para solicitar a los promotores disminuir riesgos.
Yo creo que, sin meterme en problemas, sí debe
ser más rápida la atención médica, por una parte. Y sobre todo, están los
promotores y perdón que lo diga así, yo creo que me van a echar encima los
promotores: que limiten un poquito también el accionar arriba del cuadrilátero
porque ahorita están arriesgando la vida con unos giros y unos lances
tremendos, explicó El Satánico, al llegar a la agencia funeraria de
Guadalajara donde ayer se veló los
restos del Hijo del Perro Aguayo, fallecido la madrugada del sábado, tras una
lucha realizada en Tijuana.
Está comprobado que el elemento de la nueva
generación quiere puro lance, no sabe nada de lucha a ras de lona, no sabe nada
de llaveo y contrallaveo. Y eso lleva a este riesgo. Está comprobado que son
elementos que duran de tres a cinco años en óptimas condiciones; después de
esto, quedan muy lastimados y sobre todo cada vez están ofreciéndole más de eso
al público y por eso ya no creen en la lucha libre, añadió el legendario
luchador.
Denunció también que en ocasiones los
promotores organizan combates en arenas que no cuentan con buenas instalaciones
y de cualquier forma le piden al atleta esa clase de espectáculo. Aparte de
esto, le exigen mucho al luchador, le dicen quiero ver lo que haces en
televisión, que te desempeñes igual' pero muchas veces las condiciones no son
las óptimas, detalla.
No oculta su tristeza por lo ocurrido con El
Hijo del Perro Aguayo. Me trae muy feos recuerdos, tenía más de 20 años que
falleció en el cuadrilátero Sangre India y luego Oro. Lamentablemente ahora
le toca al Perrito. No hay palabras para expresar esta tragedia porque en
realidad mucha gente dice que la lucha es circo, maroma y teatro, pero aquí
está la realidad... Nos preparamos y como decimos en casa: sabemos cómo vamos a
subir al ring, pero no sabemos cómo vamos a bajar, reflexionó.
Recuerdo que en alguna ocasión también temió
por su integridad. Sí, estamos expuestos a todo. Una vez en la Arena México
disputando un campeonato mundial con Gran Cochise, tiré un sentón y había un
entablado del ring que era más alto que otro. Sentí que se me quebró la columna,
duré tres meses incapacitado y gracias a terapias pude regresar al
cuadrilátero. Es una pérdida muy lamentable la del Perrito y sobre todo a su
señor padre. No le deseo esto a nadie, sentenció El Satánico, quien es uno
de los maestros de la lucha libre mexicana.
Por su parte el gladiador Apolo Dantés
recuerda que conoció al Cachorro del Perro Aguayo cuando tenía 12 ó 13 años
de edad. Se lo presentó don Pedro, El
Hijo del Perro Aguayo era apenas un niño la primera vez que Apolo Dantés lo
vio. Cariñosamente, el ex luchador tapatío llamaba Perrito al atleta
fallecido. Junto al progenitor protagonizó muchos combates. Por eso hoy, la
pérdida le duele.
Dantés, miembro de una familia de abolengo en
la lucha libre, atiende la llamada de EL UNIVERSAL. Recuerda que don Pedro
siempre decía que si una muerte pudiera elegir, sería sobre el ring. Fue su
hijo el que concluyó su existir de esa manera. Apolo está en shock por la
noticia. Apenas dos días antes había saludado al Hijo del Perro Aguayo, en
Guadalajara.
¿Cuál es tu sentir después de esta trágica
noticia?
Pues una gran tristeza, un shock, un muchacho
muy joven. Todos en la lucha iniciamos muy jóvenes, yo le llevaba 10 años de
edad, el ya estaba por cumplir los 20 años de luchador. Lo conocí cuando tenía
12 ó 13 años, me lo presentó el mismo papá, don Pedro. Es un shock. Es una cosa
que nunca se le desea a nadie, menos a los compañeros de la profesión, pero
desgraciadamente, aunque se da muy pocas veces, es un riesgo que todos los luchadores
corremos en algún momento, comentó el tapatío Apolo Dantés.