Roger Goodell vuelve a enviar un mensaje equivocado desde su oficina en Nueva York.

El Comisionado de la NFL castigó con cuatro partidos a Tom Brady, quarterback de los Patriots, por su participación en el infame “Deflategate”.

La suspensión sin goce de sueldo del tres veces Jugador Más Valioso del Super Bowl es una más en una larga lista de malas decisiones de Goodell, cuyo criterio carece de cualquier sentido y lógica.

Jugadores que deshonran a la NFL fuera del campo (¿alguien dijo violencia doméstica?) son castigados toda una campaña, pero un quarterback que deshonra a la liga dentro del campo, ¿sólo es suspendido cuatro juegos?

Que se dé por bien servido.

Fans de los Patriots, por favor dejen de quejarse. El “castigo” es como para hacer una fiesta.

“¿Cuatro juegos? [Los Patriots] terminaron con 11-5 con Matt Cassel”, dijo Keyshawn Johnson, analista de ESPN, refiriéndose a la campaña 2008, cuando Brady se perdió toda la campaña debido a una lesión en los ligamentos de la rodilla en la Semana 1.

“¿En serio eso va a castigar a los Patriots?”.

El equipo de Robert Kraft (amigo cercano de Goodell) fue multado con un millón de dólares y perderá una selección de primera ronda en el Draft 2016, y una de cuarta en 2017.

Goodell castiga el futuro, no el presente.

Si Brady fue considerado culpable (esta vez el coach Bill Belichick no tuvo nada que ver), entonces la represalia debió haber sido más severa. Su falta es igual de delicada que un dopaje. Es trampa. Punto.

“No me gusta ver a nadie suspendido, no me gusta ver a nadie en problemas, así que no me alegra”, dijo Eli Manning, quarterback de los Giants, al New York Daily News. “Creo que es por la integridad y debes seguir las reglas. Así es que si alguien rompe las reglas va a ser castigado”.

Es tan simple que hasta Eli lo entiende.

Pero Goodell no se atrevió a ir en contra de sus propios intereses. Suspender media temporada (o toda la campaña) a Brady era también reconocer que la liga es tan culpable como el estelar quarterback e ícono de la NFL.

Los cuatro juegos en los que los Patriots tratarán de sobrevivir sin Brady son ante Pittsburgh, Buffalo, Jacksonville y Dallas. Incluso con el inexperto Jimmy Garoppolo (selección de segunda ronda en el Draft 2014 que ha lanzado 27 pases como profesional) en los controles, New England podría iniciar la campaña 3-1 y darle la bienvenida a su pasador titular en octubre, como si nada hubiera pasado.

Es más, los Patriots pueden iniciar 1-3 y ganar el Este por enésima vez porque tienen, en el papel, el calendario más cómodo en 2015 (basado en el récord de sus oponentes en 2014) de la División.

Tom Brady tiene hasta el jueves para apelar la sanción. Lo hará. No la ganará, pero todo este numerito del “Deflategate” le ha salido barato.

Goodell es quien, eventualmente, lo pagará caro.

cjem