Mohamed siempre cercano al caos
A LA FINAL. Mohame buscará su segundo campeonato en México como DT. (Foto: Imago7 )
Sondeo
hector.morales@eluniversal.com.mx
Al andar de
ese hombre robusto, de lentes de pasta gruesa y calcetines de colores, que se
llama Antonio Mohamed, le acompaña una fiel compañera. Como si fuera su sombra,
la adversidad no se separa del ‘Turco’, quien enfrenta su destino siempre
contra la corriente.
Esta semana
tiene la oportunidad de darle al América, en plena crisis interna, la corona 12
que le pondría al club la etiqueta del equipo más ganador del futbol mexicano.
Por lo que avisa: “Estoy muy fuerte, muy contento, lo que pasó, me sirve de
experiencia, lo que tenga que ser será, los directivos están ilusionados con
ser campeones”.
En su
juventud se pintaba los pelos de amarillo y varios colores. Un estrafalario que
rompió con la seriedad del futbol y resquebrajó los buenos modales en el vestir
que en el futbol carecen de sentido. Era el líder de una “pandilla” de
futbolistas de Toros Neza, inmortalizados por el carisma emanado de Mohamed y
que contagió a una generación de aficionados con su alegría y desparpajo.
El futbol
es su vida. “Yo no conozco otra cosa que no sea un vestidor de este deporte,
desde niño, siempre he estado ligado a esto”, reconoce el hoy estratega del
América. Sus virtudes para manejar el balón tenían correspondencia con el
virtuosismo y la elegancia. Era un “gordo” que tenía un guante en los pies.
También un “comandante” de una tropa que alegró uno de los barrios más humildes
de México.
Pasó por
las Águilas, Monterrey, Monarcas, entre otros en México, hasta su retiro con
Zacatepec. Se convirtio en entrenador, pero le sobrevino la peor tragedia que
puede suceder a un padre: el fallecimiento de un hijo. Fue en 2006, cuando en
un accidente automovilístico, Mohamed perdió a su hijo Faryd. Es la tristeza
que el ‘Turco’ cargará por siempre, pero que no lo ha detenido.
“Sin duda
que está acostumbrado a la adversidad”, señala Ignacio Palou, director
deportivo de Tijuana, club con el que fue campeón Tony como estratega. “Le ha
pasado de todo en su vida personal, en su vida como jugador, como entrenador.
Es un tipo acostumbrado a los momentos difíciles, convive con ellos de la misma
manera en la que vive los momentos felices”.
Los años y
los golpes de la vida dierion a Mohamed madurez. En sus inicios como entrenador
sufrió una vapuleada con el Veracruz (8-0) ante Pumas y parecía que fracasaría
como técnico. Recompuso su trayectoria y se proclamó campeón con Independiente
de Avellaneda de la Copa Sudamericana.
Vino a
México y en Tijuana encontró la gloria del título en el Apertura 2012. Se
quejaba de que la prensa no le hacia caso a su labor, que no había reflectores
que alumbraran a su equipo. Ya no era el chico de los pelos pintados, pero
seguía como el líder que reclama méritos. Daba sus discursos con tono de
berrinche.
“Para mí,
Tony es un estratega en toda la extensión de la palabra. Es difícil encontrar
técnicos que tengan sus características, con su capacidad para dirigir
encuentros de diferente índole. Creo que es una persona que cumplió con
nosotros en la institución [fronteriza]”, alaba Nacho Palou.
“Lo curioso
es que sigue impregnando detalles de su personalidad como entrenador. Es más
sereno, pero usa calcetines de colores”, añade el dirigente tijuanense.
Esa
conquista de Mohamed también fue a fuerza de venir de atrás. “Pasamos muchas
adversidades, remontamos marcadores adversos en la semifinal, vivimos una
odisea para regresar a Tijuana, hubo neblina, salimos de León y llegamos al
otro día a las 7 de la mañana, porque el camión se descompuso, lo chocaron, nos
pasó de todo. Eso, Tony lo disfrutó también y le ayudó a fortalecer al grupo.
Sabíamos que íbamos a ser campeones”, explica Palou.
Dejó a
Xolos. Excusó sentir nostalgia por su familia, pero regresó a México. El
América lo sedujo, al grado de ya no echar de menos a los suyos. Dinero, fama,
ser el hombre fuerte en el Nido le llegaron. Sin embargo, tuvo que lidiar con
la sombra del carismático Miguel Herrera, a quien sucedió en el timón.
Mohamed fue
comparado con el ‘Piojo’ desde su llegada. “Aquí tengo todo que perder”, señaló
el ‘Turco’. Ser líder, finalista, nada le ha servido para complacer a sus
aficionados.
Cambio de
look. De aquel jugador de peinados sui géneris y tintes amarillos, pasó a
ponerse lentes de pasta gruesa, trajes ceñidos al cuerpo y zapatos elegantes.
Un hipster tipo la Condesa se para en la zona técnica del Azteca.