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Brasil 2014. ¿Un Mundial fortificado es la solución de Brasil?

José Vales / Corresponsal| El Universal
Jueves 24 de abril de 2014

Video. La muerte de un conocido bailarín de TV Globo presuntamente a manos de la policía desató la rebelión de decenas de jóvenes

<b>Brasil 2014.</b> Un Mundial fortificado es la solucin de Brasil?

ALERTA. La seguridad en los barrios bajos de Río de Janeiro está muy cerca de salirse de control. (Foto: FELIPE DANA / AP )

Analistas aseguran que las promesas incumplidas del gobierno de ese país fomentan la inseguridad, a unos meses de la justa

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BUENOS AIRES.— Primero fueron las protestas de la clase media y ahora las de las favelas. Tanto unos como otros parecen decididos a transformar “la Copa de todas las copas” —como bautizaron en Brasil al Mundial de futbol que comienza en junio— en el más inseguro de la historia, al menos por lo que se vio en las últimas semanas y en especial, en las últimas horas, cuando dos personas perdieron la vida en distintas favelas cariocas.

La creciente inseguridad pone en tela de juicio la política de pacificación que en 2008 puso en marcha el gobierno de Dilma Rousseff y le coloca un nuevo desafío por delante, de cara a su posible reelección en las elecciones de octubre.

“La Copa vino con problemas desde su comienzo, con los gastos anunciados y los develados posteriormente, que generó la protesta social, luego los muertos en las obras de construcción, algunas de las cuales no fueron terminadas aún, y ahora se suma el accionar de los narcos, que desde la implementación de las UPP (Unidades Policiales de Pacificación) en las favelas vieron perder terreno. Ahora pegan, cuando más duele, a las puertas del Mundial y de paso buscan recuperar terreno”, explica Pedro de Souza, experto en violencia de la Universidad de Campinhas (UNICAMP).

Desde que fue puesta en marcha la política de pacificación había logrado instalar 36 UPP en las favelas de Río y 40 delegaciones policiales en esas barriadas periféricas. Desde entonces y hasta 2012, el delito había bajado 24% y los asesinatos, 11%, según las cifras del Laboratorio de Análisis de la Violencia de la Universidad Federal de Río de Janeiro.

Fue a partir de 2013 cuando la violencia comenzó a remontar en Río.

De hecho, ayer, Copacabana, Leblón e Ipanema, las tres zonas más concurridas tanto por turistas como locales, amanecieron reforzadas por la presencia policial, aunque algunos sectores políticos y analistas creen que es insuficiente.

“No es un tema de poner más policías, sino de mejorar las condiciones de vida de la población. La política de pacificación agotó su etapa de convivencia obligatoria entre la policía y la población, pero mejoras no hubo y ese es también el malestar que se manifiesta en las favelas”, opina el especialista Julio Jacobo.

Rousseff hace semanas que viene prometiendo “una Copa con una seguridad dura”, pero a menos de 50 días del puntapié inicial, se desata una huelga de 48 horas de la policía en el norteño estado de Bahía, que terminó con saqueos y 56 asesinatos y desde el domingo, las protestas en distintos puntos de A cidade maravilhosa.

Así todo, tanto la presidenta como el gobernador de Río, Sergio Cabral, admiten que a pesar de los problemas “no habrá marcha atrás” en la política de pacificación.

Hasta aquí, las cifras de la Secretaría de Seguridad Pública del Estado demuestran que la también ciudad sede de los Juegos Olímpicos de 2016 sigue siendo una de las más violentas. En los últimos siete años se contabilizaron 35 mil 879 asesinatos y 43 mil 165 muertes en actos o delitos violentos.

De esas cifras y de las últimas jornadas violentas se disparan las dudas y los interrogantes de si Brasil podrá asegurar un Mundial en paz o deberá fortificarlo y militarizarlo para tener éxito.



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