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Guadalajara.— La violencia explotó otra vez en el estadio Jalisco. Algunos pseudoficionados del Atlas no pudieron con la frustración de la eliminación en cuartos de final, por lo que arremetieron al término del encuentro de ayer contra seguidores de Rayados de Monterrey y elementos de la policía, que tuvieron que utilizar gas pimienta para dispersar los desmanes.

Tras el 0-2 en el partido de vuelta (1-2 global), decenas de jóvenes con camisetas del Atlas se apostaron afuera de la puerta tres, donde esperaron para “cazar” a los regiomontanos. Luego del silbatazo final, en cuanto empezaron a salir los seguidores norteños, comenzaron los golpes, por lo que los seguidores visitantes tuvieron que correr de regreso a la tribuna.

Cabe recordar que por la mañana el Club Atlas twitteó “somos la mejor afición de México” e incluso elevaron videos para demostrarlo.

En los hechos se vio una cosa muy diferente.

Los atlistas, embriagados por la frustración de la derrota, destruyeron vallas perimetrales que estaban ahí para formar los filtros de revisión y los utilizaron para arremeter en varias ocasiones contra la puerta del estadio, que había sido cerrada para proteger a los visitantes.

Dentro del inmueble, los aficionados del Monterrey se instalaron de nuevo en la tribuna. De igual forma, poco después, se vio entrar a policías heridos. El olor a gas pimienta empezó a percibirse dentro del Jalisco. Para colmo, afuera comenzó el enfrentamiento entre las autoridades y los atlistas.

Para intentar dispersarlos, los gendarmes recurrieron al gas pimienta. Al percibirse su presencia incluso dentro del Jalisco, los policías que estaban dentro abrieron los accesos de la cancha, para que los seguidores del Monterrey se refugiaran en el césped, donde permanecían hasta el cierre de esta edición.

Sin hacer mucha memoria, apenas en el pasado semestre (Clausura 2014), el 22 de marzo se jugó el clásico Atlas-Chivas. En aquella ocasión, barristas del Guadalajara participaron en una riña con policías, dos de ellos heridos y hospitalizados, mientras que hubo ocho detenidos de la afición rojiblanca. Sí, se trataba de una barra de otro club, pero en el mismo escenario. Aquella vez, al día siguiente de los hechos, el alcalde de la ciudad, Ramiro Hernández, decidió clausurar el inmueble.

Tras la bronca, el Guadalajara expulsó a los integrantes de las barras que participaron en estos eventos. Lo anterior, conforme a testimonios, videos y denuncias realizadas por testigos.

Peor aún, el 19 de octubre, en un duelo ante Toluca, Tomás Boy agredió a un aficionado, en el Jalisco.

Las cámaras captaron imágenes de policías ensangrentados y llevados en ambulancias. La fiscalía reportó tres detenidos, 10 policias golpeados y un fotógrafo lesionado