Tony Mohamed, toda una telenovela con final feliz
Antonio Mohamed muestra a la afición el trofeo de campeón logrado anoche tras el partido de vuelta de la final. (Foto: DANIEL CÁRDENAS. IMAGO7 )
hector.morales@el.universal.com.mx
Historia de desengaños, traiciones, desencuentros, enredos y despedidas. Una telenovela digna de la empresa Televisa, protagonizada por la directiva del América y Antonio Mohamed.
La miel sobre hojuelas que se preveía entre el ‘Turco’ y la cúpula azulcrema se convirtió en hiel. Los últimos días en Coapa han sido álgidos, con declaraciones ácidas del argentino, aunado al silencio de Ricardo Peláez y Yon de Luisa, presidentes deportivo y operativo del club, respectivamente. Una historia que al productor Juan Osorio no le se ocurrió antes.
Guión escrito en el Nido cuyo momento cumbre llegó con el divorcio del entrenador con quienes curiosamente lo llevaron a dirigir a las Águilas. Mohamed nunca congenió con los dirigentes azulcremas. La empatía estuvo ausente en prácticamente todo momento. Lucha de egos que desembocó en una ruptura que jamás se pudo subsanar.
“Aquí en el América tengo todo que perder”, asumió el entrenador sudamericano cuando tomó las riendas del equipo más odiado del futbol mexicano en diciembre de 2013.
Un año después, apenas el sábado, Tony declaró que se iba del equipo tras la final del Apertura 2014, porque “ya todos sabemos que tienen otro entrenador contratado”. Sí, las Águilas firmaron a Gustavo Matosas como técnico, con Mohamed todavía en funciones y a punto de jugar la final por el título, que finalmente consiguió. La relación, entonces, se resquebrajó oficialmente.
Peláez prefiere esperar a que terminen los festejos para dar por terminada su relación con Mohamed. Hoy podría hacerse oficial el anuncio.
Desde el inicio, la novela “El América en Turco” comenzó turbia. Las comparaciones fueron una constante. El argentino llegó para reemplazar a Miguel Herrera, quien hizo campeones a los emplumados en el Clausura 2013 y después se fue a resucitar a una Selección Nacional al borde de la eliminación del Mundial.
Mohamed ya tenía en su palmarés un título con Tijuana, logro que terminó por convencer a los directivos capitalinos de que el hombre robusto de lentes gruesos que delínean un look de hipster de la Condesa era el adecuado para dirigir a los azulcremas.
La sombra del ‘Piojo’, no obstante, siempre estuvo ahí. El americanista de a pie sintió nostalgia por el carisma, el carácter populachero y el estilo de juego ofensivo que, a su juicio, impregnó Miguel Herrera al América desde que se convirtió en su técnico.
El primer torneo de Tony con América dio la impresión de un mejor futuro. La prensa cuestionaba que el equipo fuera demasiado precavido, lo que terminó por costarle la eliminación en los cuartos de final, luego de que Santos les diera una voltereta.
Peláez, en el momento del fin del Clausura 2014, se encontraba como uno de los “bomberos” en la dirección de Selecciones Nacionales. De Luisa, con el carácter áspero y mano firme tomó la decisión deportiva de confiar en Mohamed para el siguiente torneo.
El liderato puso sonrisas en el americanismo. El estratega, con su filosofía resultadista y preferencia al triunfo por sobre las formas, cosechó puntos. El pecado: no ganar ningún clásico de los tres que disputaron sus muchachos.
“Estoy muy contento con él. Junto con su cuerpo técnico han mantenido al plantel con un espíritu de ganar siempre”, expresó Peláez.
Pero vinieron las dudas, los reclamos. Los jugadores mismos no estaban de acuerdo en el estilo “ratonero” de Mohamed. Se hizo de palabras con varios. La gota que desembocó con la ruptura fue el que Paul Aguilar hubiera dicho en el vestidor amarillo que hubiese preferido perder en los cuartos de final ante Pumas y que se fuera el “Turco”, a seguir en la lucha por el título.
Tony decidió separar del plantel al lateral derecho. Peláez abogó por el jugador, pero el argentino se mantuvo en su postura. Para entonces, la directiva ya había amarrado a Gustavo Matosas para que fuera el entrenador.
También se supo de los refuerzos que llegarían al Nido como Carlos Darwin Quintero, Darío Benedetto. Complementarían a Matosas para el América versión Clausura 2015. Mohamed se sintió traicionado.
Como nunca, se mostró abierto con la prensa. Accedió a chacaleos y entrevistas uno a uno con frecuencia. Tuvo la intención de denunciar las injusticias y el manejo turbio de la dirigencia americanista.
El ‘Turco’ sintió que había cumplido con las dos Liguillas, 16 triunfos, ocho empates, 10 descalabros, además de pasar a los cuartos de final de la “Concachampions”.
“¿Qué más quieren que haga? No me van a renovar”, reclamó Mohamed la semana pasada.
Ahora, pese a todo, se va del América, “por dignidad”, según dijo.
“Lo menos que podíamos hacer es dedicarle el título al ‘Turco’. Se va de una manera rara, pero bueno. Se van ganadores como lo querían”, dice Rubens Sambueza. Ya lo he dicho, es muy injusto con lo que pasó con Mohamed”.
“Voy a extrañar al ‘Turco’, al menos, yo sí”, expresó Pablo Aguilar, uno de los hombres fuertes de Mohamed en la cancha y artífices del campeonato azulcrema.
En conferencia, el timonel argentino, con el trofeo en la mesa, acepta que es una persona difícil con la cual entablar diálogo.
“Todos queríamos ganar esto, pese a las diferencias que tenemos con la directiva. Soy una persona complicada, pero me creo capaz de conducir un grupo y por eso tengo diferencias con quienes conducen, pero nunca de mala fe y ellos tampoco. Si nos tenemos que separar, nos separaremos, pero valió la pena”, aclaró.
Novela que llega a su fin con el daño ya consumado, pero la corona 12 en su historia. El América tiene una vida interna destrozada.