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Antonio Mohamed salió del Azteca cabizbajo, pero con el ánimo suficiente para tomarse fotografías con sus fans. Posó, pero había algo distinto en 'El Turco': no sonreía, pues confesó minutos antes que sentía “bronca” por la derrota ante el Pachuca.

“Me voy con bronca por el resultado. A mí nunca me ha gustado perder y por eso me queda el sabor amargo”, confesó.

La caída ya es pasado para el estratega argentino. Prefiere ya no pensar en el primer descalabró águila en casa en el Clausura 2014. Lo que sí afirma es que su equipo dejó ir varias ocasiones de gol, siete u ocho, según sus cuentas. Esa falta de contundencia fue la causa de perder por la mínima, según considera.

“Tuvimos llegadas, ellos también las tuvieron y los dos porteros fueron figuras. El marcador fue justo, porque todos los marcadores lo son. Ellos la metieron al minuto 90 y nosotros no lo hicimos cuando estuvimos abajo del arco”.

Debut soñado

Una cara de niño irrumpe en la zona mixta. Es el rostro de Hirving Lozano, quien con descaro le quebró la cintura al seleccionado nacional, Francisco Javier Rodríguez, para hacer el gol del triunfo de su equipo.

“Es el sueño de todos los canteranos, es lo más hermoso. 'El Profe' [Enique Meza] me pidió que encarara y lo hice. No es fácil, es de mucho trabajo y hay que seguir haciéndolo”, considera el volante del Pachuca.

Ese chavo despertó la admiración de alguien que podría ser, incluso, su padre: Óscar Pérez. El portero de los hidalguenses dijo: “Le mando una felicitación muy grande. Es un chavo muy centrado”. Incluso, 'El Conejo' le da un consejo sincero para el resto de su carrera: “Que mantenga los pies en la tierra”.