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Puma variopinto

Héctor Alfonso Morales| El Universal
Jueves 02 de enero de 2014
Puma variopinto

REGRESO. Dante López llega para ayudar a revertir la actual situación del cuadro auriazul. (Foto: MARCO ANTONIO VALDEZ / EL UNIVERSAL )

Con jugadores que regresan al cuadro auriazul como refuerzos y otras "novedades", el cuadro universitario arranca un torneo con problemas de porcentaje

hector.morales@eluniversal.com.mx

A cambiar abucheos por aplausos: Dante López

Un domingo habitual, de cada 15 días en Ciudad Universitaria desde Apertura 2008 hasta el Clausura 2011 incluía un recital de abucheos en contra de Dante López.

La afición de los Pumas solía reprocharle sus actuaciones, porque nunca quedó conforme con los 26 goles en 116 partidos que logró.

Ahora que vuelve a Universidad como refuerzo y las dudas sobre su futuro rendimiento están en pleno apogeo, el delantero paraguayo sabe que el reto es cambiar el repudio, por aplausos.

“Es normal, siempre fue así [que me abuchearan], durante los tres años que estuve aquí y gracias a Dios pude cumplir en lo que es el equipo”, asume el apodado DL9, en entrevista con EL UNIVERSAL. “Obviamente en lo individual yo sé y soy consciente de que debo mejorar. Acá lo importante es sacar a Pumas del lugar en donde está y tratar de hacer un buen torneo”.

Para López, es imposible pedir a los seguidores auriazules que cambien y crean en él por decreto. Sabe que el veredicto que tenga la tribuna universitaria hacia su figura sólo radica en lo que pueda mostrar cada semana.

“Eso [cambiar las rechiflas por ovaciones] depende de mí, de lo que pueda hacer dentro de la cancha”, explica. “Así que estoy muy consciente de esa situación”.

La salida de Dante de Universidad se dio en 2011, luego de que el conjunto felino consiguiera su séptimo título de Liga. Desde entonces, el sudamericano acepta que sentía nostalgia por el equipo en el que pudo lograr un par de campeonatos.

“Extrañaba mucho, la verdad sí”, confiesa.

—¿Qué extrañabas?

—Extrañaba los partidos de los domingos, la afición, la presión que conlleva jugar acá y contento de poder regresar acá.

Ver a los Pumas como último lugar del futbol mexicano incomodaba a López. A la distancia, dice, que le disgutaba la situación del equipo.

Ahora que vuelve “debo ayudar desde adentro para poder revertir la situación”.

Pensar en un nuevo campeonato auriazul, aún es pronto, según expone el paraguayo. Lo importante es “que el equipo se haga sólido como local. Hicimos un pacto, como un reglamento de hacernos fuertes en casa”.

 

Vine para ganarme a la gente con goles: Ismael Sosa

Pumas es un equipo necesitado. Más que otra cosa, requiere goles a como dé lugar. Isamel Sosa llegó al Pedregal para solucionar ese problema. Esa presión de tener la etiqueta de goleador, al ariete argentino le gusta, le motiva, porque así se ganará al público de CU.

“Obviamente que motiva, siempre el delantero tiene la exigencia de hacer goles, hay momentos en que uno tiene la posibilidad de convertir muchos, como me pasó en Chile, así que vengo con esa expectativa y esperemos que se dé todo”, anhela el jugador proveniente de la Universidad Católica chilena.

Sosa piensa que llega en plenitud al representativo de la UNAM. Confía en que el recorrido que ha tenido en clubes como Independiente, San Martín y Argentinos Juniors de su país natal, así como del Gaziantepspor le servirá como base para aportar a los Pumas lo suficiente para aspirar a la Liguilla.

“Vengo a un equipo grande de México, que no está pasando por un buen momento y me da la confianza para venir a jugar. Es un momento importante de mi carrera, en una edad justa como es tener 26 años y estoy maduro. Estoy muy consciente de hacer las cosas bien para ganarme a la gente”, manifiesta.

La primera encomienda que le ha dejado el técnico del club felino, José Luis Trejo, es ponerse a punto físicamente para que pueda jugar lo más pronto posible la mayor cantidad de minutos.

“No me han pedido nada del otro mundo. La decisión de jugar o no depende del profe. Mentiría si digo que estoy al 100 por ciento, pero la verdad es que uno siempre quiere jugar”, suspira Sosa.

Mientras jugaba en la liga chilena, el delantero argentino miraba de reojo lo que pasaba en el balompié mexicano. Piensa que necesita adaptarse a la velocidad para poder explotar al máximo sus virtudes.

“Es un futbol muy rápido, con mucha dinámica, hay que estar bien físicamente y hacer las cosas bien para aportar”, describe.

Hoy, Ismael Sosa ya anhela jugar para el club “grande” al que le está agradecido:

“Estoy muy contento por llegar a un club como Pumas, así que debo tratar de sumar, hacer lo mejor, porque este equipo tuvo la confianza de traerme”, dice optimista.

Diego Lagos, el puma católico ferviente

Diego Lagos lleva la fe por delante en cada jugada y regate que ha hecho en su carrera. Su mirada se vuelve profunda cuando habla de la práctica ferviente de la religión católica.

Ahora que viene a México a reforzar a los Pumas, está seguro de una cosa: Dios estará pendiente del camino que tengan los felinos en el Clausura 2014.

“Soy, católico creyente, practicante”, revela el volante por izquierda en charla con EL UNIVERSAL. “Creo en Dios, en que va a estar siempre apoyándonos. Ojalá, no tengo dudas, de que este campeonato nos va a acompañar y si hacemos bien las cosas, va a salir todo bien”.

En el pasado, Lagos se definió como un católico light, hasta que Diego Valeri, un compañero suyo en Lanús le dio un “empujoncito” que terminó por engrandecer su fe, al grado de ir a misa los fines de semana.

Argentina, dice el refuerzo auriazul, es un país en el que “en el interior del país se practica mucho la religión, más que en la capital. Aquí me siento muy a gusto”.

México es un país donde el catolicismo resulta la religión más practicada. Sus máximos símbolos están enclavados en La Villa, donde está edificada la Basílica de Guadalupe, hogar de la Virgen de Guadalupe.

Un sitio que Lagos está deseoso de visitar. “Voy a tener que ir a conocerla [la Basílica], pero de a poquito, porque apenas voy llegando”.

Fuera del terreno religioso, el argentino sabe que su principal ocupación para estar a la altura como refuerzo de los Pumas, está en vencer la barrera de la altitud de la ciudad de México.

Enfatiza en que diario se prepara durante las prácticas felinas para poder estar a punto y a las órdenes del técnico José Luis Trejo.

“He mejorado un poco, con respecto a hace una semana que llegué”, considera. “No te puedo decir cuándo estaré al 100 por ciento, pero la idea es entrenarme todos los días al 100 por ciento y ponerme a punto lo más pronto posible”.

Aún es pronto para que el ex jugador de Rosario Central pueda definir las características del balompié mexicano. Pero ya notó una gran diferencia con respecto al practicado en su país natal. “En Argentina se juega un futbol muy físico... en México tienes más espacio para jugar”.

 

Jugar en la calle me dio hambre de triunfo: Leandro 

Tener 36 años no le impide a Leandro Augusto recordar su infancia. Aquellos días en los que jugaba al futbol en la Avenida Jaime Duarte Leal de Cascavel, Brasil aún le resultan felices y dignos de narrar al mediocampista de los Pumas de la UNAM.

El primer balón que tuvo el refuerzo auriazul para el Clausura 2014 “me lo regaló mi papá”. Y entre risas rememora que “No solamente uno, porque jugábamos mucho en la calle y por lo menos una vez a la semana perdía una pelota, porque estábamos jugando y llegaba el coche y la rompía. Tuve una infancia linda, con muchos amigos, la disfruté mucho jugando en el barrio futbol”.

Esas cascaritas resultaron fundamentales en la formación de la personalidad y el carácter de Leandro. Jugar en en el asfalto brasileño le dio ese ímpetu por querer ganar, porque no quería que sus amigos se burlaran de él y de su equipo, según explica en entrevista exclusiva con EL UNIVERSAL.

“Aprendes mucho de jugar en la calle: el hambre por querer ganar, porque tu amigo se va a burlar de ti. A nadie le gustaba perder. Luego las peleas que son normales. Ganas mucha sabiduría, estas ganas, hambre de sacar las cosas adelante”.

Leandro tiene cuatro títulos de Liga con Universidad. Vistió en alguna ocasión la camiseta de la selección mexicano, al ser un naturalizado que encontró regularidad en la balompié nacional.

Mas las bases de sus logros están en Brasil, en su familia que le inculcó humildad. Asegura que su padre, mecánico de oficio, le prohibió jugar futbol, porque iba mal en la escuela, una experiencia que fue dolorosa, pero al final, útil en su vida.

“Me tocó ir muy mal en la escuela, en el séptimo año en Brasil y mi papá me quitó el futbol. Empecé a trabajar casi dos años o tres y estudiando en la noche. Cuando me pasó eso me molesté con mi papá, porque me quitó ese sueño que después pude realizar de ser jugador, pero también me sirvió mucho para valorar lo que tenía y otra vez pude regresar y llegar a un club profesional”, agradece Augusto.

Cada vez que vuelve a su ciudad natal, Leandro trata de ponerse en contacto con sus amigos de la infancia, aunque otros también decidieron emigrar.

 

No puedo vivir de lo que fui: Ludueña 

Alguna vez, el apodado 'Hachita' fue considerado como uno de los mejores creativos del futbol mexicano. Era idolatrado por la afición y temido por sus contrincantes.

Esos tiempos se fueron y nunca más han vuelto. Daniel Ludueña, entonces, sabe que se tiene mostrar como en sus mejores épocas “porque no puedo vivir de lo que ya fui”.

“Me siento bien [para este reto]. La verdad es que yo también lo quiero ver [al mejor Hachita]”, acepta el ofensivo naturalizado mexicano.

—¿Qué es lo que más extrañas de tu mejor versión?

—Todo, por eso me preparo, no me gusta quedarme con lo que ya fui.

Las expectativas creadas en torno a Ludueña son altas. Mario Trejo, Vicepresidente Deportivo de Universidad Nacional, defendió su fichaje al enfatizar que “es un gran jugador”.

Al conocer su talento, los fans auriazules también creen que será importante que recupere su mejor nivel para que lleve a los Pumas a estar otra vez en la Liguilla.

“El equipo necesita de todos, de mí también”, asegura el ex jugador de Santos Laguna y Pachuca.

Si será titular o no, Ludueña no se atreve a asegurarlo, pues ese hecho se lo deja al técnico José Luis Trejo.

“Vamos a ver [si inicio el torneo como titular]. Eso hay que preguntárselo al profe”, delega entre risas nerviosas, con anhelo de escapar a los cuestionamientos.

Una de las virtudes que ve el Hachita en el plantel de Pumas para el Clausura 2014 es que “hay muy buen ambiente en el vestidor y hay que sacarle provecho a eso para tener un buen inicio de torneo que nos dé confianza para andar bien”.

La semana previa al arranque del torneo ha sido de ansiedad para el creativo, porque ahí empieza el reto de regresar a su mejor nivel, el que lo llevó a ser dos veces campeón del futbol mexicano con Santos.

“Realmente es algo muy lindo [este inicio del torneo], la verdad es que me he preparado mucho para esto y ya el domingo empezará todo, que lo más lindo que tiene el futbol que es jugar”, resalta.



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