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La misión queda cumplida

Héctor Alfonso Morales| El Universal
Lunes 15 de diciembre de 2014
La misin queda cumplida

Los jugadores de las Águilas se toman la clásica fotografía del campeón, con sus medallas al cuello. (Foto: RAMÓN ROMERO. EL UNIVERSAL )

Antonio Mohamed sale del América, pero antes deja la estrella 12 en el escudo del polémico club azulcrema


hector.morales@eluniversal.com.mx  

El grito en el Estadio Azteca es unánime y de gloria “Oe, oe, oe, eeeeee, ‘Turcoooo’, ‘Turcoooooo’”.

Un coro que es el colofón de una noche en la que Antonio Mohamed guía al América hacia el trono. Las Águilas, soberbias, con el cetro en las alas, miran a todos los equipos del futbol mexicano para decirles que tienen 12 estrellas, que ninguno otro es tan ganador. El trofeo de campeón se alza por el cielo azulcrema del Azteca.

Noche mágica para los amarillos, donde Mohamed da una cachetada con guante blanco a su directiva, a los infieles a su proyecto. Les da el título a los de Coapa, y esto les permite superar los campeonatos del Guadalajara, su acérrimo rival. Aún así se irá a casa con el orgullo intacto, la misión cumplida y un club malagradecido con su labor, que prefiere tener a Gustavo Matosas como su entrenador.

El argentino hizo todo para seguir. Sus pupilos dominaron de punta a punta el Apertura 2014. Fueron líderes y campeones a costa del segundo lugar del certamen. El ‘Turco’ brinca y brinca con su plantel antes de irse a los vestidores. Abraza a sus pupilos para “tocar el cielo con las manos”.

Los aficionados nunca dejaron de creer en el ‘Turco’. Sus jugadores tampoco, contrario a lo que decidieron Ricardo Peláez, Pepe Romano y Yon de Luisa, los dirigentes amarillos. Prueba de esa fidelidad fueron los abrazos de Michael Arroyo y Pablo Aguilar, dos de los autores de los goles.

Emilio Azcárraga Jean recibió de su padre Emilio Azcárraga Milmo un equipo odiado y querido, que siempre buscó ser el mejor en todos los aspectos. Tener la etiqueta del conjunto más ganador la logró a través de su historia con millones de dólares, polémicas arbitrales, el odio de sus “enemigos” y el amor incondicional de los suyos.

Mohamed, en su despedida del América, planteó un partido férreo, pero con una propuesta ofensiva que permitió una voltereta por goleada de 3-0 (3-1 global) sobre unos tristes e indisciplinados Tigres que se quedaron con ocho elementos por las expulsiones de Darío Burbano, Nahuel Guzmán y Damián Álvarez.

El Azteca juega su papel y hostiga al rival en cuanto tiene la pelota. La visita quiere dormir el partido como es la costumbre de Ricardo Ferretti. La apuesta felina es al contragolpe, pero son los azulcrema quienes tienen la pelota. Rubens Sambueza reaparece en la titularidad. Antonio Mohamed confía en él para que haga de las suyas.

También envía a Michael Arroyo. El ecuatoriano es el que más intenta. Consciente de su habilidad, aprovecha un error para devolver la esperanza al americanismo.

Damián Álvarez, acostumbrado a ir hacia adelante, manda un pase lateral que le queda demasiado largo a Arévalo. El contención hace el esfuerzo, sufre para llegar a la pelota y se barre. Esa acción le permite a Arroyo picar el balón y escaparse. Tigres queda mal parado. Michael se escapa hacia la meta, encara a Hugo Ayala, se lo quita con falicidad. Ve al portero regiomontano y tira. Su disparo es potente y colocado. Es el gol que hace estallar en júbilo a los presentes. Las playeras cremas saltan de sus asientos.

Mohamed aprieta el puño, celebra por todo lo alto empatar el global en el marcador. Quería esa anotación, porque sabe que los regios se achican con un ambiente adverso. Arroyo va a su banca, no olvida que es la despedida del ‘Turco’. Corre a abrazarlo y agradecerle la confianza.

La alegría emplumada se deja sentir. El Azteca late, siente la premonición de que será otra de las noches en que el América resurgirá de las cenizas para coronarse. Tigres busca no desordenarse, la serie final vuelve a estar en el alambre. Las Águilas tampoco buscan enloquecer por el gol del triunfo.

Los equipos de ‘Tuca’ y Mohamed se vuelven a entrampar en una disputa por el esférico. En cuanto uno no lo tiene, recurre a la falta. Partido ríspido, que deja poco al espectáculo. La ansiedad en el ‘Coloso de Santa Úrsula’ aumenta, está en el ambiente, cuando llega la tregua del descanso.

Complemento de toma y daca en el inicio. Los regios siguen con su estrategia de enviar latigazos y en un servicio filtrado casi conecta con Joffre Guerrón, quien aparecía solo, aunque no alcanzó el balón. América responde con el balón parado, luego de que en un cobro de falta, Oribe Peralta envió un cabezazo a las manos del portero felino Nahuel Guzmán.

El duelo se rompe con el gol de cabeza de Pablo Aguilar. El paraguayo siempre fue un fiel escudero de Tony. Un zaguero que trajo el timonel crema y que no falló a la hora buena. Remató bombeado, colocado para que Guzmán no pudiera hacer nada por evitar el gol de la voltereta, al minuto 61.

Al poco rato, Burbano, Álvarez y Guzmán fueron expulsados por el árbitro Paúl Delgadillo, quien no tuvo contemplaciones con los felinos.

Como colofón, y ante la debacle de los Tigres que comenzaron a perder la categoría, Oribe Peralta selló otra noche mágica para el americanismo al 71’, para el 3-0 final.

La gloria es azulcrema por sumar 12 estrellas en su historia. Antonio Mohamed, el ‘Turco’, cumplió su misión. El título 12 le permite decir a su directiva: “Ódiame más”.

Mientras, el Azteca no se cansa de gritar “¡‘Turcoooo’, ‘Turcooooo’!”.

Pero el ‘Turco’ ya se va...



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