La "Marea Roja" es líder y Fabián se estrena
CONVIERTE. Formica y Rojas se fundieron en un abrazo con Marco, quien hizo gol. (Foto: MARCO ANTONIO VALDEZ EL UNIVERSAL )
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La marea roja arrasó a los Tiburones. Cruz Azul estrenó su playera escarlata, destazó al Veracruz —al golearlo 4-0— y así continuar de líder, invicto y de plácemes en su 50 aniversario en Primera División.
Ante un frágil rival, los Cementeros se vieron superiores, avasalladores, fueron una maquinaria encendida que fue aplaudida por su gente que volvió a entrar al estadio y lo llenó.
Un buen primer tiempo fue suficiente para convertir al escualo en simple charal, que envuelto en disputas internas perdió el invicto, el honor y hasta la aleta. Cruz Azul, a pesar de sus ausencias, fue práctico y contundente.
Joao Rojas, el mejor de la parte inicial, anotó el primero. Luis Amaranto Perea, con todo y festejo materno, anotó el segundo; Mariano Pavone, muy a su estilo, el tercero y Marco Fabián se estrenó en Liga con los celestes y marcó el cuarto.
Cruz Azul fue mejor y aunque tardó, lo reflejó en el marcador.
Enseguida del gol de Rojas, Veracruz se desplomó. Ángel Reyna, peleado con el presidente Fidel Kuri, era un tiburón solitario en medio de una marea roja.
La Máquina insistió. Formica la tuvo de cabeza y Hernández la tapó; enseguida no pudo salvar el cabezazo de Luis Amaranto Perea, que puso el 2-0 en el marcador. Y para acabar con la fiesta en la primera parte, Pavone se quitó la malaria y anotó el tercero.
Veracruz buscó reaccionar en el segundo tiempo. Cruz Azul se tomó las cosas con calma. Sin Rojas en la cancha, quien salió lesionado, Sergio Nápoles se convirtió en el pistón por la izquierda, aunque el cuarto gol cayó por la derecha.
Y fue de Fabián. El ex de Chivas había estado muy participativo, pero a la hora de centrar o rematar, siempre le hizo falta estar fino, hasta que se enganchó con Chávez para marcar el último tanto de la marea roja.