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Anotarle al América para tener la gloria en los pies. Sueño cumplido por Daniel Ramírez, quien se compromete a no perder el piso.

“Hay que seguir trabajando, nada más. No tienes por qué perder el piso, fue un gol muy bonito, pero a final de cuentas, es para ayudar al equipo y seguir trabajando”, menciona el juvenil delantero auriazul.

La cara de niño del canterano puma muestra emoción. Se mantiene incrédulo por hacer una hermosa anotación. El rugido de éxtasis desde la cabecera sur del Estadio Azteca, tras su diana, hace que a Ramírez le brille la mirada de alegría.

Siempre —dice— va recordar esa conquista sobre el odiado rival de Universidad Nacional.

“La verdad es que es algo inolvidable y ahora va a ser de aquí para adelante”, avisa el felino.

El recuerdo de hacer el 1-3 a favor de su equipo en el clásico de la capital sigue fresco en la mente del joven auriazul. Ver que el esférico estaba dispuesto a ser golpeado para vencer al guardameta azulcrema Moisés Muñoz, es una narración que hace vibrar su voz.

“Lo único que pensé era en bombearlo y cuando vi que botó el balón... Es increíble, es algo que no se puede creer”, rememora.

El hambre del felino por jugar en el duelo del pasado sábado era evidente. Ramírez se moría por jugar ese encuentro. Lo hizo para no defraudar la confianza del técnico, José Luis Trejo.

“Aunque sea lesionado, siempre quieres jugar y anotar. Me tocó hacer gol y ayudar al equipo”, expone.

Entre sus víctimas del gol, Ramírez ya cuenta a dos “grandes”: América y Cruz Azul. “Se me ha dado [anotarles], pero esperamos poderle meter gol a todos los equipos”, amenaza el futuro goleador felino.

Hoy, en Copa

Los Potros de Hierro del Atlante y Pumas se juegan esta noche la cima del Grupo Cuatro de la Copa MX del futbol mexicano, cuando se midan en partido de la llave tres en el estadio Andrés Quintana Roo.

En encuentro programado para las 21:00 horas, el cuadro azulgrana buscará conservar el lugar de líder del sector, en el que se encuentra con nueve unidades; sin embargo, el plantel universitario lo sigue de cerca, con ocho.