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Quizá la punta del fruto ni siquiera se asoma, pero la semilla del lacrosse en México ya germina. Cinco años después de que José Luis Espinoza introdujera este deporte en nuestro país, una representación nacional competirá en la edición 11 del Campeonato Mundial de la especialidad, que será en Denver, Colorado.

Sin más apoyo que el de su propio bolsillo, 23 jugadores forman parte del roster mexicano que encarará la justa internacional, donde se medirán a los equipos de España, Finlandia y Colombia, en búsqueda de alcanzar la segunda fase y con ello superar el último sitio que obtuvieron en el Campeonato Mundial de Manchester, Inglaterra en 2010.

“Nuestra intención es dejar atrás el último lugar que conseguimos en 2010. Creemos que la experiencia que hemos adquirido desde Manchester nos da para ser más competitivos. Terminar dentro de los primeros 15 del mundo es nuestro objetivo”, sostuvo Espinoza, capitán de la selección mexicana.

¿Pero cómo fue que este deporte llegó a nuestro país?.

En el verano de 2009 y después de terminar una maestría en la universidad de Michigan-Dearborn, José Luis Espinoza se dio cuenta de que este deporte en México era casi desconocido.

“Empecé a jugar lacrosse en Michigan, pero cuando regresé al país en 2009 me di cuenta que nadie jugaba, entonces me di a la tarea de juntar personas que quisieran practicarlo”, recordó Espinoza.

No sólo las ganas de esparcir el lacrosse fueron suficiente para José Luis. La muerte de su padre fue un detonante. Después de superar el dolor, el pionero del lacrosse en México decidió tomar parte del dinero que le heredó su papá y con ello compró 20 cascos y bastones para repartirlos entre los entusiastas que encontró del deporte.

Poco a poco el lacrosse se difunde, al punto de que ya se cuenta con una liga universitaria donde participan diversas universidades, como la UNAM, el IPN, la Iberoamericana, la UAM, Tecnológico de Monterrey —campus Estado de México, ciudad de México y Santa Fe— y próximamente se incorporará la Universidad del Valle de México.

Al igual que en México el lacrosse comienza a crecer en decenas de países. Si uno pudiera colocar dentro de una mezcladora las sustancias que dotaran de velocidad, agilidad, explosividad, coraje, energía, corazón, vergüenza, compañerismo, rudeza y caballerosidad, seguramente el resultado llevado al deporte sería el lacrosse.

El lacrosse es considerado como el juego de conjunto más rápido del mundo. Se disputa dentro de una cancha con dimensiones similares a una de futbol, con 10 jugadores para los equipos de hombres y 12 para las mujeres.

Para practicarlo se utiliza un bastón o palo con una red en la parte superior, llamados crosses, que sirve para pasar y agarrar la pelota de goma con el objetivo de anotar goles embocando la pelota en porterías estilo hockey.

El lacrosse es el deporte que más egresados tiene dentro de la NCAA, la asociación que rige los programas deportivos de más de 1,200 universidades en Estados Unidos, además de que sus jugadores sobresalen por us promedios académicos.