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Significaban poco y nada en la vida del otro hasta el verano de 2009, cuando el Real Madrid dinamitó el mercado de pases con el fichaje del único hombre capaz de hacerle frente al más talentoso de los genios de bolsillo blaugranas: Cristiano Ronaldo.

Fue entonces que inició la rivalidad más intensa en el futbol contemporáneo, protagonizada por el potente lusitano y Lionel Messi, ese hechicero a quien apodan La Pulga, pese a que se trata de una especie de deidad para millones de aficionados al balompié en el orbe.

Distanciados fuera del campo, sin falsas hipocresías, ambos polarizan opiniones en los dos clubes más importantes del planeta: el Madrid y el Barcelona.

CR7 llegó a Chamartín con la misión de terminar la hegemonía catalana en Europa, aunque también hambriento de revancha. Su último partido con el Manchester United fue el que definió el título de la Champions League… Y Messi comandó a los españoles hasta la cima del viejo continente (2-0); incluso, marcó la segunda anotación.

Tendido sobre el césped del estadio Olímpico de Roma, el portugués comprendió que era momento de responder al coqueteo de los Merengues y librar una batalla directa con ese hombre dos años menor que él, pero de capacidades tan sobrenaturales como las suyas.

A partir de ese momento, el mundo se detiene cada que chocan Cristiano y Lionel, batalla aderezada por 20 afortunados (10 vestidos de blanco y otra decena con atuendo azul y grana), quienes les acompañan sobre el lienzo verde.

Virtuosismo innato contra incomparable fuerza física, velocidad ante potencia, magia pura en dos concepciones distintas.

Desde hace seis años, han hecho inalcanzable para el resto el Balón de Oro, galardón que la Federación Internacional de Futbol Asociado (FIFA) otorga al mejor jugador del mundo cada 12 meses. El sudamericano tiene cuatro (de 2009 a 2012); el portugués, dos (2008 y 2013). Kaká fue el último hombre en imponerse a ambos (2007). En aquella votación, CR7 fue segundo y La Pulga tercera.

Cuatro temporadas y media en la que han dividido logros, aunque el balance favorece a Lio y el Barcelona. Tres ligas para ellos, por una de los blancos. En cuanto a Pichichis, premio al máximo goleador del certamen español, el genio de bolsillo también acumula tres, por uno del lusitano. Salvo en la temporada 2008-09, cuando el argentino Gonzalo Higuaín desplazó a Ronaldo del subcampeonato, ambos siempre han terminado en los dos primeros lugares. El astro del Real Madrid lidera la actual clasificación (20 anotaciones), pero las lesiones han impedido competir a Messi, quien apenas tiene ocho festejos.

La Copa del Rey también posee capítulos de esta furibunda batalla. Ninguno como el del 20 de abril de 2011, cuando los Merengues se impusieron en tiempo extra (1-0), con tanto del portugués. En la Supercopa española, la serie está empatada a un trofeo por bando.

Pero la balanza se vuelve a inclinar hacia La Pulga con la Champions League. Se encontraron en las semifinales de la campaña 2010-11. Los culés se impusieron en global (3-1), impulsados por un inolvidable 2-0 en el estadio Santiago Bernabéu. Sí, Lionel firmó ese valioso doblete.

Historias de una rivalidad en la que sólo falta encontrarse en un Mundial.