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MIAMI.— Los Tigres de Clemson mostraron garra y con una noche espectacular del quarterback Tajh Boyd y el receptor Sammy Watkins, conquistaron el Orange Bowl al vencer 40-35 a los Buckeyes de Ohio State.

Boyd estuvo incontenible, completó 31 de 40 envíos para 378 yardas, cinco anotaciones y dos intercepciones, además corrió para 127 yardas y una anotación, mientras que Watkins tuvo 16 recepciones para 227 yardas —un récord en el Tazón de la Naranja— y dos touchdowns.

A dos minutos del final, Ohio State tuvo una oportunidad más, pero el quarterback Braxton Miller fue interceptado a mitad del campo por el linebacker de segundo año Stephone Anthony, con lo que se cerró el marcador del encuentro.

Boyd inauguró la pizarra tras escaparse 48 yardas hasta las diagonales, pero Miller, considerado uno de los mejores pasadores de la NCAA, respondió de manera similar al fugarse 33 yardas por piernas para la anotación de los Buckeyes.

Entonces fue cuando inició la combinación letal de Clemson. Boyd concretó un envío de 34 yardas para Watkins, quien se escapó34 yardas para su primer touchdown de la velada.

Antes del medio tiempo, Braxton lanzó un arcoiris de touchdown de 57 yardas para Jeff Hauerman y corrió para otro de tres yardas, con lo que Ohio State se fue al descanso con la victoria parcial 22-20, luego de conseguir un safety por un castigo a Boyd.

La segunda mitad del compromiso se inclinó totalmente para los Tigres, pues Boyd lanzó tres envíos más de touchdown —a Watkins de 30 yardas, a Martavis Bryant de tres y a Stanton Seckinger de cinco—, mientras que los Buckeyes sólo lograron 14 puntos por conducto del corredor Carlos Hyde.