daniel.blumrosen@eluniversal.com.mx

Da lo mismo si es sobre el campo o en un centro nocturno, acompañado de chicas. Ronaldinho suele pasarla muy bien, por lo que no planea modificar sus hábitos.

Risueño, el nuevo futbolista del Querétaro demuestra que también sabe gambetear con los labios. La agitada vida que ha llevado fuera de las canchas es uno de los principales temas durante su presentación oficial con los Gallos Blancos. No la niega, mucho menos promete fulminarla. Sólo atina a presumir su extensa hoja curricular.

“Siempre he vivido de la misma forma y todos los equipos por lo que pasé salieron campeones, así es que espero continuar haciendo lo mismo aquí, viviendo igual y conquistando títulos”, sentencia el astro brasileño. “Me definiría como un joven con mucha ambición, como si estuviera empezando una vez más”.

“[Me encuentro] con mucha ilusión, como llegué a los clubes por los que pasé antes. Quiero venir, hacer historia en este equipo y estoy muy motivado”.

A los 34 años de edad, Ronaldo de Assis Moreira ha demostrado que es capaz de rendir como jugador y gozar, algunas veces al mes, en bares o discotecas.

Sus “terceros tiempos” se hicieron famosos, sobre todo cuando jugó con el Milán (2008-11). Varios aficionados del club rossonero llegaron a encontrarlo en centros nocturnos y, algunas veces, le pidieron irse a descansar para no perjudicar al club. La mayoría de las veces, su nivel no descendió.

Promete que eso sucederá en la Liga MX. No adelanta nuevas salidas durante la madrugada, pero deja en claro que “el objetivo es mantener mi estilo de juego, procurar hacerlo mejor, dedicarme a ayudar a los compañeros”.

La del Querétaro es la séptima elástica que porta, a nivel de clubes. Con las anteriores ganó, al menos, un título, sin importar el vértigo que también le caracteriza tras escuchar el silbatazo final.

Será el quinto país en el que juegue y sentencia que aceptó la propuesta queretana por convencimiento, no como única opción.

“He tenido posibilidades en equipos de casi todas las partes del mundo, pero por la conversación que ha tenido mi hermano [Roberto] con el presidente [del club, Arturo Villanueva] con todo el grupo, me conquistó y siempre he tenido ganas de vivir aquí”, aclara. “Me falta ganar algo en México, así es que he venido para eso. Voy a pelear para llevar a mi equipo a conquistar algo”.

Lo hizo en la media docena de instituciones que precedieron a los Gallos Blancos, sin importar su enorme gusto por la ajetreada vida que hay tras la puesta del sol.