Es el recinto sagrado del Guadalajara. El lugar destinado a las grandes celebraciones del Rebaño Sagrado. Pero la noche de este domingo, La Minerva ha sido profanada por colores distintos a los que solía ver. Esta vez, el amarillo estalla en júbilo.

Cientos de aficionados del América han llegado a la icónica glorieta, en la Perla Tapatía, para festejar la obtención de título número 12, que convierte al club en el más ganador en la historia del futbol mexicano.

Se trata de un momento de gloria para las Águilas. Por primera vez, han rebasado a Chivas en campeonatos obtenidos, tras vencer a Tigres este domingo en la cancha del Estadio Azteca. Eso es motivo de sobra para salir a la calle.

Lo cánticos aparecen. "Olé, olé, olé, olé, doce, doce", entonan aproximadamente mil seguidores con camisetas amarillas que la noche de este domingo se han apoderado de un lugar sagrado para el acérrimo rival.

La policía cuida de cerca los festejos. La Minerva es silencioso testigo de la algarabía. La última vez que vio los colores rojo y blanco fue hace ya ocho años. Aquella vez, el Guadalajara levantó su undécimo trofeo de liga. Hoy, la estatua está en presencia de las Águilas, que por vez primera son el máximo ganador del futbol mexicano.

Es una fiesta absoluta. "El que no brinque es chiva", entonan los aficionados de forma repetitiva, mientras dan vueltas a la glorieta. Se abrazan unos a otros. Hay sonrisas. Hay alcohol. El tequila de pasa de mano en mano. Hoy, todos son uno.

Los automóviles llevan claros mensajes de orgullo pintados en el vidrio trasero: "América campeón 12". La cifra mágica ha sido alcanzada. En 2013, el cuadro de Coapa había alcanzado los 11 campeonatos del Rebaño Sagrado. Pero eso no era suficiente.

De la mano de Antonio Mohamed, quién deja su lugar como técnico presumiblemente a Gustavo Matosas, el América se encuentra hoy en la cumbre. Es la primera vez que rebasa a Chivas. Por eso, en Guadalajara el orgullo se desborda.

La glorieta permanece ahí al final de los festejos. Como siempre. Inmóvil. Estoica. La estatua destinada a custodiar la Perla Tapatía y presenciar la felicidad deportiva de esta ciudad. Pero hoy, ya no sabe de festejos en rojo y blanco. Hoy, la felicidad es amarilla.

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