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América llegó al Estadio Universitario alrededor de las 18:55 horas. No eran muchos, pero los fans de Tigres que estaban esperándolos los recibieron a mentadas.

Los principales receptores de esos insultos fueron el delantero águila, Oribe Peralta y el mediocampista Jesús Molina, quien tuvo pasado felino.

El operativo de seguridad que acompaño al autobús azulcrema incluyó dos patrullas y dos decenas de granaderos que emplearon sus escudos para evitar el lanzamiento de proyectiles.

Tigres arribó a su recinto 10 minutos después de los capitalinos. Contrario a sus rivales, la recepción fue cordial y con ánimos por parte de su fanaticada.

hgm