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Segundo día de comunicados en el Rebaño Sagrado. Primero fue Jorge Vergara para, reconocer, en un acto poco habitual, que se ha equivocado durante los más de 10 años que tiene como dueño del equipo. Y la lluviosa mañana de este jueves, es Marco Fabián quien le sigue.

La puerta se abre, pero no viene sólo un futbolista. El plantel completo del Guadalajara entra a la sala de prensa en Verde Valle, acompañado por el cuerpo técnico. El 10 de Chivas ocupa una silla al centro. El resto permanecen parados detrás de él. Lenguaje corporal que se traduce en respaldo total.

Es por la lluvia que se ha acortado el entrenamiento. Marco Fabián se presenta ante los medios de comunicación con una hoja entre las manos. Ha escrito el discurso con el que pide a la afición que deje de abuchearlo, reconoce su inconsistencia en la cancha y promete explotar de la forma en que se espera de él.

“Buenos días a todos. Gracias por estar aquí este día en presencia de mis compañeros, de mi cuerpo técnico, de mi equipo. Voy a hablarles como ser humano. En mi vida, he tomado malas decisiones y he cometido errores quizá por la edad, los malos momentos o las malas amistades. No es justificación por todo lo que he vivido porque ahora estoy viendo reflejadas las consecuencias de mis actos”, inicia el rojiblanco.

Sus compañeros lucen rostros serios. Cubren su espalda de manera física. Pero más importante aún es el aspecto simbólico. Marco Fabián ha pasado días difíciles. No jugó frente a Puebla, pues estaba analizando la posibilidad de emigrar al futbol de Qatar. Eso le costó caro. La afición no le perdona el haber considerado irse del Guadalajara por dinero. Continúa con su mensaje.

“Por eso, hoy quiero poner un alto a todo esto, ayer decidí escribir este mensaje desde el fondo de mi corazón y expresar como está ahora el Marco Fabián persona. Siento una gran impotencia al leer y escuchar cosas falsas de mí, tal vez por mala fama conseguida. Esto provoca que tengan una imagen equivocada de mí y de lo que realmente soy ahora”, añade.

“La gente cambia, crece y aprende. Eso es lo que yo he hecho. No he sido constante en la cancha, pero sé de mi capacidad y del don que Dios me dio. Voy a ser el gran jugador que todos esperan de mí, sólo le pido a la afición que me brinde su apoyo y su confianza. Ahora más que nunca, tenemos que unir fuerzas para que Chivas salga adelante y juntos consigamos la meta que es devolverle a la afición la fe en este gran equipo”, pide el futbolista rojiblanco.

El discurso es producto del sentimiento que carga. Guarda la principal solicitud para el final. “No quiero sus abucheos, lastiman y desconcentran. Quiero que sólo crean en mí y yo haré lo demás, jugar con el corazón, brindando lo mejor de Marco Fabián. Es una promesa. Agradezco nuevamente a mis compañeros que han sido un gran apoyo para mí, al cuerpo técnico, a Jorge Vergara por su confianza, a la institución y por último a mi gran respaldo que ha sido mi familia y mi novia. Gracias”, finaliza.

Hoy, Marco Fabián ha sacado todo lo que lleva dentro. El ejercicio de sinceridad frente a los medios de comunicación le servido para desechar, con palabras, lo malo que tenía guardado por todo lo que ha ocurrido en las últimas semanas. Ahora, le falta hablar donde más importa: en la cancha.

hgm