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Christian Giménez se ha acostumbrado a cargar el metafórico peso que significan los miles de ojos que siempre se postran sobre él, cuando está en el terreno de juego. Lo aprendió en el Cruz Azul... Y no le preocupa vivirlo con la Selección Mexicana.

Pese a asegurar que la responsabilidad "es compartida", El Chaco sabe que la afición espera mucho de él en su todavía precoz aventura tricolor. Ya demostró de lo que es capaz ante Costa de Marfil, aunque su primera gran prueba será mañana, contra Honduras, en el Estadio Azteca.

"Me siento con el compromiso y orgullo de representar a este país", sentencia el argentino de nacimiento. "Obviamente, cuando te dan la oportunidad, uno tiene que aprovecharla, pero estoy consciente de que el compromiso es enorme".

"Si me toca [jugar], [voy a] dar lo mejor, pero éste es un grupo y tiene que responder", sentencia.

-¿Qué opinas de que la gente espera mucho de ti en este juego, incluso más de lo que mostraste en tu debut con la Selección [ante Costa de Marfil]?

"Me preparo para dar más siempre. Espero hacer bien las cosas y responder a esas expectativas, ayudar a que el equipo gane. Sé que puedo hacerlo".

-¿Será uno de los encuentros más importantes en tu carrera?

"Creo que sí. Un partido que también puede definir muchas cosas, pero trato de manejarlo con tranquilidad.

Ya llegará su momento de pensar en el juego, pero antes [hay que] trabajar, prepararse bien y tratar de hacerlo de la mejor manera".

Su fórmula para conseguirlo es tan sencilla como pocas veces escuchada en la voz de un futbolista mexicano. No desdeña la relevancia del choque de este viernes, mas solicita despojarse del cúmulo de sentimientos que puedan jugar en contra de los elegidos por José Manuel de la Torre, en especial, el temor a que la anhelada victoria no se dé.

"¿Por qué miedo? Sí nos jugamos mucho, pero el miedo paraliza", recuerda. "Tenemos que quitarnos esa palabra".

"Lo que debemos hacer es trabajar como ahora, confiar en lo que se hace, y está el compromiso con nuestra gente. Vamos a estar en casa y es importante sacar los tres puntos".

Único escenario factible para un representativo que camina al borde de la cornisa.

Empatar o perder frente a Honduras son opciones que ni siquiera han pasado por la cabeza de Giménez, quien está seguro de que el primer paso para alcanzar un objetivo es la seguridad de que se logrará.

"No pienso en que no se van a dar las cosas. Realmente, cuando uno piensa eso, sucede", asegura. "Tienes que estar con la cabeza en positivo, hacer bien todo y, después, puede suceder cualquier cosa dentro de la cancha, pero realmente pienso en que debo trabajar bien, prepararme y, si me toca estar, dar lo mejor".

Frase que parece estar de más, luego de lo mostrado en Nueva Jersey, pero la vida también le ha enseñado que los excesos de confianza son demasiado peligrosos.

Junto a Oribe Peralta, Ángel Reyna y Giovani dos Santos, formó un póquer de virtuosos que reconfortó al Chepo. Su cautela tiene que ver con los legionarios en Europa, esos que luchan por recuperar la titularidad. Con uno, incluso comparte habitación.

"La competencia, como en todos lados, [es] muy fuerte", confiesa. "Realmente, hay muchos jugadores con bastante calidad, los que llegaron de Europa también".

"Por ejemplo, no conocía a Andrés Guardado y ahora estoy con él... [La lucha por un sitio] es muy fuerte.
Obviamente, todos estamos para apoyar. El director técnico decide cuáles 11 van a jugar y el resto, a dar lo mejor desde donde nos corresponda".

Lo más probable es que él sea uno de los elegidos. Carga que no le intimida. La lleva cada que sale a la cancha con La Máquina, y suele responder.