Alejandro Díaz es un delantero que tiene sus sueños intactos como cualquier joven de 17 años. Quiere estudiar para ser piloto aviador y viajar por el mundo.

Pero antes de surcar el cielo tenía una ilusión más por cumplir esta mañana, junto con el resto de sus compañeros: hacer que el mini-Tri vuele hacia la final de la Copa del Mundo Sub-17.

Hoy, el Tricolor Sub 17 ha vencido a un rival incómodo y temible, la poderosa selección de Argentina, el máximo verdugo del futbol mexicano en los últimos años.

Díaz es un artillero americanista que ya conoció el éxtasis futbolístico al guiar a México hasta las semifinales de la Copa del Mundo infantil con dos goles en el certamen y el cobro implacable del penalti decisivo ante Brasil, para que el Tricolor esté en la antesala de la final.

“Es un gran orgullo y una gran responsabilidad representar a tu país. Estoy muy contento de poder hacerlo”, ha dicho.

Referente ofensivo en el equipo de Raúl Gutiérrez, ha sido pieza clave para que México esté a un paso de alcanzar su tercer título del orbe en la categoría y no duda en presumir sus cualidades como goleador: “Soy rápido, inteligente y con buena técnica”.

El portar la playera de las Águilas para nada le ha impedido ser un admirador del canterano del Guadalajara, Javier Hernández. También tiene como uno de sus ídolos al defensa del Porto de Portugal, Diego Reyes.

“Los dos tienen algo parecido a mí, me refiero a que son de ambiente familiar; me identifico mucho con ellos”, describe.

De cara a la Final, los integrantes del mini-Tri tienen la inercia positiva de su lado, luego de un inicio desastrozo ante Nigeria que cayó por 6-1.

Se levantaron con la fortaleza de su mentalidad. Vencieron a Irak, Suecia, Italia y dejaron en el camino a Brasil y Argentina.