Una juventud de campeonato
EXITO. Talento y disciplina inquebrantable. (Foto: ESPECIAL )
Uriel ya es una figura de respeto
Todavía se muestra tímido en las entrevistas. Habla poco y no es muy afecto a los reflectores. Pero en el tatami, Uriel Adriano es una figura de respeto: el campeón mundial en la categoría -74 kilogramos. Apenas el segundo mexicano en conseguirlo.
Hasta hace un par de meses su nombre no era un referente en el taekwondo mexicano. Hoy por hoy, es la figura a vencer. Toda una estrella con apenas 23 años de edad.
Su juventud y empeño en conseguir sus metas lo tienen en la cima del mundo. Algo que ni siquiera soñaba cuando, a los ocho años, pidió a su madre sacarlo de las clases de taekwondo.
Llegó a la selección nacional a los 19 años. En sus primeros dos mundiales pasó inadvertido, pero en Puebla, salió del área de competencia custodiado por policías federales ante el frenesí causado por su medalla de oro.
“Me acuerdo que lloraba porque me dolían los golpes cuando mis rivales eran más fuertes. Mi madre es la causante de mi triunfo, pues fue ella quien me animó a continuar. Mi familia es la causante de mi éxito”, relató Uriel.
Y pensar que siendo un niño quería jugar futbol americano...
La carrera del tapatío ha ido de menos a más. En la justa del orbe en Dinamarca 2009 se ubicó en el quinto lugar y se propuso subir al podio en un corto periodo de tiempo. Cuatro años después, una presea de oro pende de su cuello.
No todo ha sido miel sobre hojuelas para el seleccionado. Por muchos años pasó inadvertido en el equipo mexicano, que no lo contaba entre sus representantes más destacados. Llegó incluso a pensar en el retiro.
Uriel Adriano es un ejemplo a seguir para las futuras generaciones del taekwondo. A diferencia de muchos jóvenes de su edad, pasa la mayoría de tiempo entre sus entrenamientos, su familia y la escuela.
Tuvo poco tiempo para festejar su medalla de oro. Apenas unos días después de su logro histórico regreso a los entrenamientos con miras a sus próximos compromisos. No piensa ceder su corona y es por ello que se entrena al triple, sus deseos de ir por más es ilimitado.
Uriel confía en poder mantenerse entre los mejores y representar a México en los Juegos Olímpicos de Río de Janeiro 2016.
Ímpetu rebosante de “Chicharito”
Javier Hernández cuenta con un sinnúmero de fotos en las que aparece sonriente, junto a su familia, como un joven hogareño, humilde y apegado a los valores que le enseñaron en su casa. Su padre es su ídolo; su abuelo, un referente para el brillo que ha tenido su vida.
Tiene otras imágenes. El protagonista es él como el delantero al grito de gol que provoca alegrías en el Manchester United, uno de los mejores equipos del mundo, y la Selección Nacional. Cuando se quita la playera de los Diablos Rojos lucha contra la violencia hacia los niños como embajador de la UNICEF.
El famoso y carismático Chicharito resulta el hijo que cada padre quisiera tener y cumple el sueño que todo chavito que ama el futbol anhela. Es también el ejemplo que pondría cualquiera como ideal de la juventud deportista de México.
Perserverante, luchón, incansable y hasta con la dosis de suerte necesaria para que su trabajo se transforme en éxito. Esas características han hecho de Hernández Balcázar un baluarte.
Se ha mantenido alejado de los escándalos, es mesurado y no hace alardes de su calidad, ni muestra soberbia que pudiera manchar su figura como uno de los referentes deportivos de nuestro país.
La historia del atacante tricolor comenzó en las Fuerzas Básicas del Guadalajara. Desde ese momento destacaba, aunque le faltaban detalles por pulir. Se colocaba varias veces de cara al marco, hasta que pudo corregir sus fallas para llegar hasta la Liga Premier inglesa.
Desde el inicio de su carrera destacó. Hizo un gol en su presentación en Primera División de México (Apertura 2006) y "comió banca" hasta que en el Apertura 2009 y Bicentenario 2010, (en éste último fue campeón de goleo) tuvo su despegue hacia Inglaterra. La paciencia lo acompañó en su travesía.
Antes de llegar al United, Chicharito marcó dos goles en el Mundial de Sudáfrica para enfudarse en la playera del campeón del balompié inglés.
Como Red Devil se coronó dos veces en la Premier y obtuvo el subcampeonato de la Champions League. En las tres temporadas que ha estado en el Manchester la afición de Old Trafford lo ha acogido como uno de sus consentidos. Ahora Hernández encarará su cuarta temporada en el gigante europeo.
En Selección, el ariete ocupa el tercera sitio en la tabla de máximos goleadores del Tri [35 tantos].
Tiene 25 años, edad pletórica de sueños por cumplir. Con ese ímpetu, Javier Hernández representa la imagen ideal de la juventud deportiva de México.
Paola, emprendedora y talentosa
Empresaria, estudiante de excelencia y líder mundial en su deporte. Paola Longoria representa para México, un ejemplo de su juventud emprendedora y exitosa.
Con 23 años de edad, la racquetbolista vive su mejor momento. Desde hace al menos dos años, lidera el ranking mundial y se ha vuelto invencible en cada combate.
Vaya que han rendido fruto las cuatro horas y media que dedica a sus entrenamientos. Paola es una de las mexicanas con resultados más constantes y una disciplina inquebrantable. Una muestra de que, con perseverancia y talento, se alcanzan las metas más exigentes.
Sus innumerables logros parecen irreales para su corta edad. Es ganadora del Premio Nacional del Deporte, tiene tres medallas de oro en los Juegos Panamericanos y tres en los Centroamericanos. Además, ha sido campeona mundial en dos ocasiones y también ha conquistado un par de veces los World Games.
Su éxito también lo traslada a la universidad donde es una estudiante de excelencia. Recién culminó la carrera de ingeniería mecánica en la Universidad Autónoma de Nuevo León. Sabe que el deporte no es para siempre y espera en algunos años poder ejercer su profesión.
Guiada por el ejemplo de la tenista rusa Maria Sharapova, Paola ha dedicado una parte de su tiempo a convertirse en empresaria. Trabaja en diseñar su propia línea de ropa deportiva y de raquetas.
Tambiém es aficionada a la moda. Es coqueta por naturaleza y le encanta estar siempre impecable y guapa. Gusta de los reflectores, usar tacones cuando no compite y mantener una imagen perfecta.
"Me gusta el glamour. Es una cosa que no debe estar peleada con el deporte. Para mí la imagen es muy importante", dice la también coleccionista de zapatos y bolsos.
Paola, "culpable" de atraer los reflectores hacia una especialidad poco conocida, va por nuevos retos en 2014. Va por su quinta temporada invicta que la acerque más al récord de Michelle Goud, quien acumuló siete años como la mejor del mundo.
Su última derrota fue el 1 de mayo de 2011 ante la estadounidense Rhonda Rajsich. A partir de entonces, nadie ha sido capaz de vencerla. Ni siquiera su compatriota Samantha Salas, quien también se encuentra entre las primeras del mundo en la especialidad.
La potosina, quien inició con el racquetbol a los siete años aun persigue su más preciado sueño: que su deporte sea considerado en el programa de los Juegos Olímpicos.
"Es un sueño que espero se me cumpla pronto. Siempre que puedo y cuando viajo, trato de promover que seamos incluidos en los Juegos. Nuestro deporte tiene cada día más participantes y creo que ese es un buen factor para que seamos tomados en cuenta. Para mí sería increíble conseguir una medalla para mi país".