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Un "póker" histórico

Redacción| El Universal
Domingo 24 de noviembre de 2013
Un

ARREMETIDA. El atacante mexicano hizo añicos la cabaña del Celta de Vigo. (Foto: JUAN HERRERO EFE )

Carlos Vela se convierte en el primer jugador mexicano que marca cuatro goles en un partido en Liga europea, para darle triunfo trepidante a la Real Sociedad

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SAN SEBASTIÁN.— Celebró el cuarto con más fuerza que el primero, al igual que sus compañeros. Normal. Protagonizó una gesta en la Real Sociedad... Y para el futbol mexicano.

La colocación de las siete letras que cuelgan en la parte posterior de su camiseta no son capricho del destino. “Carlos V” es el nuevo emperador del País Vasco. Embelesó al pueblo donostiarra con 90 minutos de época, en los que comandó el regreso ante el Celta de Vigo (4-3).

Histórico “póker”. Hugo Sánchez, Luis García, Luis Flores... Ninguno marcó cuatro goles en un partido de Liga europea. El chico de la polémica sonrisa lo hizo, sin saber la dimensión de su proeza.

El hambre de victoria fue el impulso. Buscaba que el orgullo de la Real no fuera lacerado. Halló la inmortalidad.

Carlos inició su show bastante temprano (5’), con una sencilla definición. Parecía que la Real iba a aumentar su renta en el marcador en unos cuantos minutos.

No fue así porque el Celta encontró recompensa a su proyección con un extraordinario gol de Rafinha (22’).

Con media hora en el reloj del duelo, el visitante se imponía por dos tantos de diferencia (1-3), gracias al segundo del volante brasileño y otro de Alex López.

Todo parecía sentenciado, porque los locales habían quedado noqueados con el tercero... Hasta que el monarca mexicano decidió acabar la insurrección.

La Real Sociedad se metió nuevamente en el juego con un tanto de cabeza marcado por Vela, tras un tiro libre (60’), y gracias a la expulsión de Andreu Fontás (65’).

Comenzó el monólogo blanquiazul, ante un Celta replegado para salvaguardar el triunfo. No era posible con un Vela imperial, dispuesto a comprobar que esas siete letras que cuelgan de su espalda no son casualidad.

Su tercero de la noche fue polémico. Lucía en posición adelantada, pero la bandera no apareció (77’). Cerró la obra maestra con una definición salpicada de sangre fría. Sin marca, aguardó que el meta Yoel Rodríguez se venciera para aniquilarlo (81’).

Delirio, cortesía de “Carlos V”, nuevo emperador vasco.



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