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Sonríe tímidamente, camina despacio, mientras luce esa playera que jamás contempló volver a ponerse.

Antonio Naelson Sinha vuelve al Tricolor con la misma ilusión de la primera vez. La ansiedad tampoco se fue.

Pese a tener 37 años de edad, el genio de bolsillo admite experimentar cierta inquietud, de cara a reaparecer con la Selección Mexicana.

“El día que no tengas nervios debes retirarte”, atina a decir, con voz baja y serena. “Es una alegría estar acá otra vez”.

Más allá de que sea una situación de emergencia. La ausencia de Lucas Lobos, quien pidió no reportarse para atender asuntos personales, hizo que Miguel Herrera le llamara.

El director técnico nacional pretende que el brasileño, naturalizado mexicano, aporte su talento para generar opciones de gol.

Podrá mostrarse mañana, contra Finlandia. La prueba de fuego será la reclasificación mundialista, ante Nueva Zelanda.

Antonio sabe que no hay de otra más que obtener el reintegro a Brasil 2014.

“Es la idea. Para eso están los retos: para superarlos”, recuerda el hechicero. “Sorpresivamente, hay un llamado [al representativo]. Obvio que debemos dar lo mejor de nosotros”.

Lo que les permitiría acercarse a la XX Copa del Mundo, torneo que representaría mucho para Sinha, debido a que será en su país natal.

Toma con calma la situación. Incluso, revela que participar en un segundo Mundial no está —por ahora— en sus planes.

“No hay ilusión, ni mucho menos”, ataja, con firmeza. “Todos los días hay que vivir el hoy; mañana ya veremos qué pasa”.

Tampoco le agrada ser considerado el nuevo salvador de la Selección Nacional, porque “dentro de un equipo de futbol todos tienen que marcar diferencia”.