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Históricos colosos de esencias tan contrastantes como su actualidad, la que convierte al Clásico de clásicos de este día en uno de los más disparejos de todos los tiempos.

El América luce remasterizado con relación al que dio la vuelta olímpica hace poco más de cuatro meses. Suma ocho victorias seguidas en el Estadio Azteca, cuyo césped será pisado por el Guadalajara, ese club que hoy es su genuina antítesis: debilitado, atribulado, sin alma, poco efectivo... Aferrado al sueño del batacazo que le permita resarcir un poco su maltrecho orgullo.

Son las historias del duelo que arrastra multitudes, sin importar que ahora sea considerado mero trámite para las Águilas, quienes desean asegurar matemáticamente su presencia en la Liguilla.

Miguel Herrera sabe que la diferencia es mucha (20 puntos), mas no olvida que el dorado libro en el que reposa la historia del Clásico está lleno de inesperados pasajes.

“En números, sí [es uno de los más disparejos], pero eso no juega. En la cancha, los futbolistas se salen a morir”, recuerda el estratega azulcrema. “A lo mejor es el partido que no les va a salvar el torneo, pero sí le dará orgullo a su afición”.

“Quizá se llevan éste y no ganan más, pero su gente se queda un poco más tranquila; nosotros no pensamos en eso, sino en ganar y sumar otros tres puntos...”.

Los antecedentes respaldan las dudas del Piojo.

El Coloso de Santa Úrsula ha sido inexpugnable para muchos equipos; las Chivas no están en la lista. Los hoy dirigidos por Juan Carlos Ortega se llevaron tres de sus más recientes cinco visitas al antagonista (un empate y un revés). Las dos últimas, por idéntico 3-1.

Recuerdo que fortalece la ilusión de Rafael Márquez Lugo, quien fue el héroe rojiblanco en el triunfo del 6 de octubre de 2012, única derrota de Herrera —ante el Rebaño Sagrado— como director técnico amarillo.

“No por ganarle al América vamos a salvar un torneo, pero sí le tenemos que dar ya una satisfacción a la gente”, concede el goleador de los tapatíos. “Estoy seguro que más de medio Azteca va a ser de Chivas, porque así fue hace un año”.

La derrota aún lacera el orgullo de Herrera, quien está convencido de que ganará su primer Clásico de clásicos en casa, lo que también le permitiría “dar la puntilla” al rival.

El timonel considera que es “obligada la victoria por lo que hemos venido haciendo y también porque deseamos ya estar amarrados matemáticamente en la Liguilla”.

Lo que haría más especial el triunfo sobre ese coloso que ha mancillado su historia, el que no gana fuera de casa desde hace casi ocho meses... pero que no cae en un Clásico en el DF desde 2009.