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Recibió la pelota de Fernando Arce y no lo pensó, si lo hubiera pensado, quizá no lo hubiera logrado.

Raúl Alonso Jiménez se levantó, muchos pensaron “no”, otros simplemente se taparon los ojos, pero el chamaco surgido en las fuerzas básicas del América era el único que creía en él, en la maniobra, en la hazaña.

Noche de magia en el Azteca, coronada por el joven Raúl Jiménez, muy criticado por su convocatoria. ¿Qué méritos tiene? decían cuando José Manuel de la Torre lo llamaba. ¿Qué méritos sigue teniendo? se preguntaron, ahora que Víctor Manuel Vucetich lo mantuvo.

Pero ese gol, esa chilena, quitó todas las dudas de escena, quitó todas las telarañas de la cabeza, quitó el ¿por qué? y dio el sí.

No hay duda, Raúl Alonso Jiménez, es la estrella, la figura del importante México 2-1 Panamá.

La historia de Jiménez es muy curiosa. Nacido en Tepeji del Río, Hidalgo, hace 22 años, comenzó a patear la pelota desde muy temprano y su padre, del mismo nombre y aficionado al Cruz Azul, lo metió en la escuela cementera.

Pero el destino hizo un giro. La familia Jiménez Rodríguez, se mudó a la Ciudad de México, y lo primero en que pensó el pequeño Raúl fue: “Voy a ir a entrenar a Cruz Azul, a La Noria”.

Pero no fue así.

Debido a las distancias, en vez de ir a La Noria, la familia decidió que el chamaco se fuera a Coapa, a entrenar con el América.

Y de ahí, a otra cosa.

Raúl Alonso vivió todo el proceso con el América. Fue campeón muchas veces con la Sub-20, hasta que en el Apertura 2011, Alfredo Tena lo debutó en el juego ante Morelia. Y se ganó la titularidad de forma indiscutible.

De ahí para adelante. Se llevó el campeonato, y se volvió figura en el América.

Aún así era cuestionado por estar en la Selección, aún así se preguntaban por qué era constantemente llamado.

Pero Raúl Alonso Jiménez Rodríguez lo contestó con una sola jugada, con una sola chilena, con un solo gol... ¡y qué gol!