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El festejo de Panamá cuando eliminó a México de la Copa Oro 2013 fue a lo grande. Sus futbolistas bailaron, cantaron, reían y hasta el pítcher cerrador de los Yanquis de Nueva York, Mariano Rivera, se unió a la alegría de la fiesta roja que no tenía fin.

Esa estampa puede definir lo que han sido los canaleros para el Tri en 2013. Se han convertido en los verdugos contemporáneos del equipo verde en los últimos meses.

Tres veces se han enfrentado en este año y en ninguna hubo un triunfo mexicano (dos caídas en el torneo de la Concacaf y un empate en el hexagonal final). De hecho, hasta 2012, Panamá nunca en la historia del futbol había vencido a México.

Esos antecendentes inmediatos han provocado que los panameños no sólo dejen de intimidarse ante el apodado Gigante de la Concacaf, sino que sean capaces de asegurar que vienen hoy por la victoria al Estadio Azteca.

Sin embargo, los futbolistas mexicanos ahora agradecen que los canaleros luzcan sobrados de cara al duelo de esta noche, porque “somos otra selección”.

“El equipo de ahora es diferente al de Copa Oro; sabemos que va a ser un partido complicado, pero que no es imposible. Tenemos que hacer valer la localía”, dice Miguel Layún, quien sufrió la eliminación a manos de los centroamericanos en la reciente Copa Oro.

“Si están agrandados nos beneficia. Ellos piensan que nos pueden ganar otra vez, como en la Copa de Oro, pero saldremos con la confianza, seguridad, porque el gol puede caer en el primero o último minutos”, expresa el delantero Raúl Jiménez, quien también fue parte del equipo nacional que quedó eliminado en el torneo de la Concacaf.

El destino pone a la Selección Nacional a jugarse la vida ante Panamá, para mantener la ilusión mundialista. En el Estadio Azteca se verá si el Tri es capaz de evitar otro baile triunfal de su verdugo contemporáneo.